Capítulo 17

1.2K 199 57
                                    

Sentado en la silla elegante con un cojín rojo bajo su trasero que le daba una mejor comodidad que de igual manera se situaba una en el respaldo ovalado del objeto. Visualizaba con atención el vestido rasgado pensando bien en cómo iba a arreglarlo, no podía coserlo así como así, era importante  y además debía tener muy en cuenta que era para una presentación con millones de cámaras apuntando a la chica.

Un ligero error arruinaría todo.

Las manos le sudaban, había arreglado milésimas veces la ropa de su madre, padre incluyendo la suya y una que otra vez la de Beomgyu por la misma petición de éste que se ponía a lloriquear cuando le decía que no podía porque lo arruinaría, al final siempre cedía.

Terminando con resultados buenos para su suerte.

Ésta ocasión es diferente.

No costurara el vestido de su madre o ajustaría alguna ropa de su padre mucho menos compondrá algo simple como un pantalón añadiéndole un botón nuevo.

Estaba a punto de pasar una aguja por el vestido rasgado de una modelo de fama reconocida.

¿Cómo debería sentirse? ¡Explotaba de los nervios!

¿Qué pensará? ¿Saldría bien?  Eran las preguntas que se hacía desde el inicio.

«Esta bien YeonJun, respira, relájate y ¡Empieza de una vez porque el tiempo se acaba!»

Inhaló con fuerza y a profundidad, soltó el aire y se tomó los mechones de su frente atrapandolos con el broche que guardó en el bolso.

Se quitó su chaqueta ya que la temperatura allí era calientita a comparación de afuera. Volvió a tomar asiento y dándose ánimos por medio de golpecitos en las mejillas tomó aguja e hilo.

Las delgas manos de YeonJun cortaban y costuraban, al mismo tiempo que con un lápiz situado detrás de su oreja dibuja los puntos exactos de recorte, puntadas y tejidos. El trabajo requería tal concentración que las pinchadas en los dedos por la aguja no le afectó en lo mínimo ni siquiera que debido a eso algunas gotitas de sangre salían, solamente llevaba a su boca el dedo para detenerlo.

Tic, Tac, Tic, Tac.

Las manijas del reloj pasaban rápidamente pero en todo momento nunca paró, sus brazos y manos dolían un poco pero nada que no soporte.

En un maniquí colocó el vestido acuclillandose para terminar de ajustar la parte baja y la más dañada. Su antebrazo llevaba una cinta especial que se ajustaba a la zona, donde ponía los clips para determinar de dónde a dónde debía costurar además de agujas de distintos tamaños.

Con la aguja que tenía entre sus labios pudo por fin cerrar la abertura en su totalidad.

El cronómetro que colocó sonó anunciando que el tiempo termino, se pasó el brazo por la frente limpiando gotas de sudor leves con una sonrisa enorme en su carita apreciando su trabajo.

—He terminado.

Hora de la revelación.

Dejó todo impecable y cuando guardó la última cosa en su bolso mordió su labio inferior con fuerza, cerró el cierre y se dirigió a otra habitación.

Tocó un par de veces y cuando tuvo permiso de entrar, sostuvo con fuerza la manija.

Miro al suelo contemplado sus zapatos, no supo cuánto oxígeno robó en ese momento pero fue mucho supone, cuando estuvo listo abrió la puerta.

Tanto Beomgyu como la chica que se arregló el maquillaje corrido lo miraron sin esperar, las sonrisas grandes de ambos no tardaron en aparecer, levantándose de los muebles rojos tinto hasta posarse frente a él.

♡CUPIDO STALKER♡ SOOJUN © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora