𝐓𝐨 𝐃𝐢𝐞 𝐅𝐨𝐫 | 𝐛𝐮𝐝𝐝𝐢𝐞 | 𝟗-𝟏-𝟏 | 𝐟𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜 [editando]

capítulo 12.

Eddie's pov.

—Te lo dije, Ramón —dijo mi madre con furia en su voz—. Edmundo, lo siento pero Christopher se quedará con nosotros

Mi madre estiró sus brazos y caminó hacia a mí para tomar a mi hijo.

De alguna manera me había parecido muy molesto que me hayan recibido entre tanta amargura, parecía que vine aquí con el propósito de pelear. Quizás no era mi propósito pero a leguas se notaba que si era el de mis padres.

Retrocedi lentamente con Christopher en brazos cuando mi mamá se acercó queriendo tomar a mi hijo.

—Edmundo, no hagas más difícil esto y dame al niño —expresó apretando los dientes.

—Si no le das ese niño a tu madre, entonces te lo arrebatare —intervino mi padre.

Christopher se aferró más fuerte a mí. Abrazo mi cuerpo para luego esconder su rostro en mi cuello.

—Detengase —gritó Buck.

—Tú no me vas a decir que hacer, maricon —repuso mi padre—. Tú no tienes derecho en esta casa, ni mucho menos en esta familia

Senti como mi cuello se comenzó a humedecer con salina agua proveniente de los ojos marrones de mi hijo. Seguramente sus lentes deben estar empañados, pensé.

—Esto está mal, vean como están poniendo a Christopher —su mano apunto a mí, que llevaba a mi hijo.

—Por favor, no digas ridiculeces, ustedes son un par de niñitas. No me van a decir que está bien y mal

—Ustedes no quieren a Christopher —aquí viene el suave sonido de una bomba acariciando con delicadeza y suavidad el viento, viajando a través de las palabras de Buck, para después aterrizar en la mente y corazón de mis padres, para que luego explote—, tampoco a Eddie, si realmente lo hicieran los querrían ver felices...

—Su felicidad no depende de una persona y mucho menos de otro hombre —interrumpió.

—Jamás dije eso, señor Díaz, ni mucho menos que sea conmigo, pero vea a Christopher llorando y aferrándose a su padre porque no quiere dejarlo. Luego vea a Eddie, su hijo, que viajó desde Los Ángeles en auto y ha hecho de todo para poder reencontrarse con su hijo —parecía que las palabras de mi (pseudo) pareja comenzaban a penetrar la mente de mis padres, pues estaban atónitos ante las palabras de Buck—, usted como padre debe entender la angustia que sentimos cuando vimos en televisión que un avión con destino a Texas en medio de la nada se habia estrellado, digo, Christopher no es mi hijo biológico pero he aprendido a quererlo como si lo fuera. Me ha llevado a entender muchas cosas que hicieron mis padres cuando era un niño. No sé usted, pero mi mayor alegría, desde que conozco a Christopher, es verlo feliz —Christopher alzó su rostro con sus lentes reposando sobre la punta de su nariz y sus mejillas tenían marcado el recorrido de las lágrimas que seguían saliendo—. No tiene idea de lo feliz que me hizo verlo cuando aprendió a andar en skate, los días que su madre estuvo con él, cuando él y Eddie se quedan hasta tarde para jugar en mi casa; incluso cuando lo dejamos en el aeropuerto, tenía un rostro muy feliz, lleno de emoción e ilusión por ver a sus abuelos, me parece triste que haya venido para llevarse una de las más amargas experiencias de su vida

—Yo quiero a mi papá Buck —dijo Christopher. ¿Enserio hasta mi hijo lo percibía?—, yo lo amo y quiero que esté con nosotros siempre, mi papi Eddie también

—Mamá, papá, los adoro pero escojo ser feliz, mi hijo escoje ser feliz. Si les soy honesto yo venía solo por mi hijo, pero quería aprovechar la visita para pasar tiempo con ustedes, porque a pesar de todo, la vida en Los Ángeles no ha sido del todo fácil y supongo que un hijo siempre necesitará de sus padres, pero me parece muy triste llegar y escuchar reclamos, peleas y demás, no hicimos nada malo —hice una pequeña pausa—. ¿Acaso están ustedes libres de pecado?