Jadeante y con la lengua afuera, una gata blanca turca caminaba a trote por los pasillos de la Secundaria Orudera con dirección hacia los baños.
--- Si que dieron pelea ---pensó la felina--- No pensé que fueran con todo hasta el punto de perder el conocimiento.
La gata era Naoko Midoriya, quien estaba un poco cansada luego de haber acabado la riña anterior, aunque resultando con la victoria. Sin embargo, no tenía herida alguna gracias a su segundo quirk; Super regeneración. Si no poseyera este quirk no sería capaz de asumir formas animales gigantescas, ya que requería de crear rápidamente extremidades que ella no podía aparecer de la nada. Siempre sentía que había sido muy afortunada, pero a la vez egoísta. Ya que de pequeña pensaba que se había adueñado de uno de los quirks que pudo haber sido de su hermano menor, no sabía si existían esos casos, aunque ella lo sentía de esa forma.
Desde la vez que supieron que Izuku no conseguiría manifestar su quirk había sido un golpe muy duro para él emocionalmente. Ese día en casa, su hermanito se había encerrado dentro de su habitación a oscuras, repitiendo cientos de veces un viejo video del héroe número #1, el símbolo de la paz y el cual más idolatraba: All Might. Diciendo, entre lágrimas amargas y tristes, junto con una gran sonrisa que caracterizaba a su héroe favorito, que algún día sería como su ídolo, que se convertiría en un gran héroe. Aquello había roto el corazón de su madre y el de ella misma, acudiendo primero su madre entre lágrimas para disculparse con él, impotente de no haber sido capaz de heredarle algún quirk. Mientras que Naoko se sintió como la peor hermana mayor del mundo, incapaz de poder hacer algo ante esa situación dolorosa, evitando llorar a toda costa para no hacer sentir mal a Izuku y quitarle la esperanza de que algún día si podría convertirse en el héroe que tanto deseaba.
Durante algún tiempo ella se odío así misma, ya que su hermanito poseía un objetivo claro y razones admirable de porqué quería ser héroe. En cambio Naoko no los tenía, solamente deseaba ser una heroína y nada más, no quería reconocimientos o dinero. No. Quería conseguir ser una y ya. ¿Para qué la grandeza o el presumir su quirk? No, no iban con ella en lo absoluto.
A veces deseaba haber sido ella la que no tuviera un quirk, pero si su hermano. Él merecía eso y mucho más. Aunque nunca había dicho eso a nadie, ni a Izuku, era mejor dejarlo en los pensamientos y transmitirle adecuadamente las buenas vibras para incentivarlo a que hiciera grandes cosas.
--- Creo que hoy me iré volando ---meneo la cola.
Estaba por meterse al baño de chicas cuando alguien la agarró por cuello y la levantó al aire.
--- ¡Gissss! ---bufó recogiendo las patitas--- ¡¿Cómo no pude percibirlo?!
Fue levantada hasta dar con el fastidioso y arrogante rostro del rubio que conocía desde la niñez, el cual llevaba el ceño fruncido acompañado de una expresión burlesca y altanera.
--- ¿Creíste que te irías como si nada, después de desafiarme y cubrirme de saliva la cara? ¿Eh? ---bajó y subió la mano que agarraba a la felina, haciéndola rebotar un par de veces en reprimenda--- Y tener el aliento a menta no quita lo desagradable que fue.
--- Sueltame, sueltame, sueltame, sueltame ---repetía mientras movía las patas traseras en un intento de agarrarse de la ropa de Katsuki y tener la oportunidad de zafarse.
--- Pero descuida, tengo el castigo perfecto para ti ---amplió una sonrisa, cosa que perturbó a la chica.
--- ¡Hey! ¡No, no, no! ¡Así estamos bien! ---sus patas se movieron con más insistencia.
Katsuki dejó a Naoko en el suelo, entonces enseñó que con la otra mano llevaba su bolso, el mismo bolso que había dejado en el cubículo del baño. Los colores subieron por el rostro de la gata y todos los pelos de su cuerpo se pusieron en puntas como clavos.
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《La Hermana de Izuku》<Boku No Hero Academia>
FanfictionLos que anhelan en poder convertirse en héroe poseen varias razones: el dinero, tener reconocimiento, ser el mejor, proteger a los débiles, alardear que tan fantástico es el Quirk con el que nacieron, la popularidad mundial. ¡Todos tienen diferente...