Capítulo 17

36 3 0
                                    

Arranqué la furgoneta y paré en la puerta. Salí de inmediato. Por mucho que le pregunté por lo sucedido, no me respondió. Sólo jadeaba. Y decidí pasar a la acción. Rowina, Jodie y Lindsey me ayudaron a subirlo a la parte trasera junto a los otros. Los demás comenzaron a salir poco a poco. Algunos mejor y otros peor. Pero aún faltaba alguien.

-Hans, ¿dónde está?

-Crissy, no pasa nada, está bien.

-¿Dónde está? ¿Por qué no ha salido?

-Nos ha dicho que nos fuéramos.

-Voy a buscarlo.

-No, espera. Quedaba él. No recuerdo su nombre, pero el jefe o no sé que es.

-Ese hombre esconde algo y no quiero perder a Lorian por su culpa.

Oí como Hans gritaba mi nombre, y luego algunos más se unieron. Ví que Lindsey estaba a mi lado. Ella era lo mejor que teníamos. La protección es mejor que la defensa. Fuimos gritando su nombre por todo el edificio. Estaba todo en ruinas. Habían cuerpos tirados por el suelo, cristales, fuego y sangre. Lindsey y yo corríamos cuando un cuerpo se movió. Decía algo.

-Lindsey, ¿entiendes lo qué dice?

-No. Creo que deberíamos acercarnos.

-¿Y si nos hace algo?

-Vamos.

Nos acercamos a él y nos agachamos. El hombre cogió un brazo de cada una de nosotras, y nos sobresaltamos.

-Él lo controla todo. Él. Él. Él. Tú. Vosotros.

-Crissy, ¿a qué se refiere?

-Creo que esto no lo han hecho los nuestros. Sino él.

-¿Lorian?

-¡No! Ese hombre. Y no creo que Lorian esté vivo -una voz nos pilló por sorpresa.

-Sí. Está vivo. Pero no en las mejores condiciones. Podéis seguidme o morir.

Sin dudarlo, lo seguímos. Lindsey nos protegía a las dos. El hombre andaba recto ante nosotras. No le importaba todo lo que había a su alrededor. ¿Qué se suponía que debíamos hacer? Él, él era la clave de todo. ¿Pero qué debíamos hacer?

Todos habían intentado matarlo, y nadie había podido. Él hombre aún tenía el traje impecable, sin mancha alguna de sangre. Cogí la mano de Lindsey, ella me miró y cogí aire. Necesitaba concentración. Intenté meterme en su cabeza, controlarle. Lo juro, juro que lo intenté. Pero no funcionó. Ví como tenía el puño cerrado, haciendo fuerza. Movió la cabeza. ¿Cómo lo hacía? Lindsey se dió cuenta y me miró extrañada.

-No lo intentéis, no funcionará. Nada lo hará.

Aún agarraba la mano de Lindsey. Me metí en su mente y comenzamos a hablar sin que aquel horripilante hombre nos escuchara.

-¿Qué hacemos, Lindsey?

-Tengo miedo, Crissy.

-Tranquila, tenemos que pensar. El miedo sólo es una distracción. ¿Recuerdas lo qué dijo aquel hombre?

-Él. Tú. Vosotros.

-Él y nosotros.

-¿Qué quiere decir eso?

-Estaba pensando en Peter y Lorian. Cuando les dió el ataque. Cuando Peter murió y Lorian casi mata a Jeff.

-Los controlaban.

-¿Quién?

-Él. Él nos controla.

-Exacto. Pero siento que se nos escapa algo.

-Tenemos que morir todos para que él muera.

-¿Qué?

-Sólo intento pensar como en las películas.

-¡Tienes razón! Espera, no. ¿Tenemos que morir? Quiero decir, no me importa pero ¿y ellos?

Llegamos a una sala. Y allí estaba Lorian. Atado. Me miró. Debía hacerlo rápido. Su mirada era cómplice, sabía algo. Hice lo mismo que con Lindsey.

-Lorian, ¿qué ha pasado?

-Rápido. Es fácil. Tras el cuadro del boceto de los robots hay un panel. Tienes que pulsar el botón rojo. No es humano. Es una máquina, el botón lo desconecta. Y luego suéltame, yo haré el resto.

-Te quiero.

En vez de quedarme en la puerta, me acerqué al cuadro disimuladamente. Lindsey rompió la barrera y cayó al suelo. Una espuma blanca comenzó a salirle por la boca, y sus ojos se pusieron rojos. Esos ojos los había visto antes. No podía dejar que hiciera eso conmigo. Si lo hacía, todos estábamos muertos. Debía hacerlo tan rápido que él no se diera cuenta. Me giré, tiré el cuadro al suelo y se rompió en mil pedazos. Habían muchísimas palancas, pero un solo botón rojo. Lo pulsé. Me giré y ví la aterrorizada mirada del hombre y su sonrisa malévola y luego, cayó. Parecía muerto, pero Lorian aún debía hacer algo. Lo solté con dificultad y cuando estuvo libre me besó. Cogió mi rostro, pero se apartó rápidamente para dirigirse al panel. Sacó un cuchillo de su calcetín derecho y quitó el panel. Tras él habían un millón de claves. Los cortó todos. Todas las luces se apagaron, pero gracias a la luz del día y el fuego, aún se podía ver. Yo me acerqué a Lindsey y la ayudé a levantarse. Aún estaba alucinando. Según decía, había sido alucinante. Lorian rajó el cuerpo del hombre por el pecho, y luego clavó el cuchillo en su ojo y lo dejó allí.

__________________________________

Todos estábamos llenos de rasguños. Cuando llegamos a la ciudad, se podría decir que todos estaban en la calle. Muchos miraban a su alrededor como si no supieran que pasaba. Otros estaban alrededor de algo. Y otros nos miraban a nosotros.

Yo y Lorian fuimos a mirar ese algo misterioso. Eran robots. Estaban desconectados. Lorian me besó y yo le besé a él.

A Todd y Grace no paraba de abrazarlos. Ya podían moverse con facilidad. El viaje había sido largo, y los que estaban desolados habían mejorado. Pero otros como Jeff no.

-Oye, Crissy, tengo que decirte algo.

-Ah, hola, Jodie. Esto es... no sé.

-Bueno sí, pero lo que debo decirte es más importante. Es sobre Jeff.

-¿Qué le pasa?

-Su pierna derecha está infectada. Hay que cortarla.

-¿Qué?

-Creo que es lo mejor que ha podido pasar. Sólo hemos perdido una pierna, ninguna vida.

#OnlineCL

OnlineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora