Capítulo 10

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Capítulo 10

La bandeja llegó.

Jeff y yo le habíamos propuesto un plan a todos. No íbamos a tomar el vaso de agua. No tendríamos sed.

Mientras comíamos, Hans me susurró al oído que tenía sed. Le dije que se aguantára. Si no, sería peor.

La voz de una mujer resonó por toda la habitación. "¿Por qué no os bebéis el agua?" Todos me miraron y yo respondí:

-No tenemos sed.

-Está bien- respondió.

Y ya no habló más.

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Al día siguiente, la comida picaba muchísimo. No comimos.

Al día siguiente, también picaba y bebimos agua del grifo.

Pero Online quería seguir jugando y al día siguiente sólo nos llevó un vaso de agua.

No podía dejar que murieran de hambre.

-Bebed.

-¿Qué? Pero si...- Rowina estaba tan confusa como todos los demás.

-No podemos morir de hambre. Si bebemos, nos traerán comida.

-¡Preferimos morir! ¡No vamos a dejar que nos traten como marionetas! ¿...o si?- Lindsey se había levantado de la mesa, furiosa.

-Lindsey, yo... me da igual, pero es por vosotros. ¿Y si los experimentos mejoran nuestras vidas? Bebed.

Nadie dijo nada. Sólo comenzaron a beber, muertos de hambre. Y nos trajeron la comida y las dos raciones de agua que habíamos perdido.

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Todo siguió normal. Rowina observaba a Jodie, que cuando Alex intentaba algo con ella, lo apartaba y miraba a su mejor amiga. Ahora que sabía la verdad era más difícil mantener una amistad y una relación.

Paul y Kaileen tenían más confianza con los demás a medida que pasaba el tiempo. Pero aún seguían en una esquina, sólo que ahora, juntos.

Lindsey y Hans seguían como siempre, pero les afectaban mucho más las cosas. Como a todos.

Cada día, lloraba alguien. Y con las lágrimas, nos deprimíamos todos.

Mis charlas con Jeff. Las sonrisas mutuas entre Lorian y yo. Los secretos y sentimientos intercambiados entre Rowina y yo. Las risas con Hans y Lindsey; y la compresión hacia Paul y Kaileen.

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Me desperté en mitad de la noche. Kaileen estaba sentada en su cama, abrazando sus piernas.

-Eh, ¿qué pasa, Kaileen?

-No soporto estar aquí.

Comenzó a sonar un ruido muy fuerte. Nadie se despertó. Dolía escucharlo.

-Arg, ¿qué es ese ruido?

-Es la cinta. Al igual que nos traen la comida por ella, se la llevan. Pensaba que lo sabías.

-Oh dios mío.

Salí corriendo de la habitación y la cinta aún se movía. Me tiré sobre ella y pude mirar. Oí a alguien gritar, y entonces la ví.

Grace.

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