➟ Stay the same

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You know I'm afraid of change, guess that's why we stay the same.

Sabes que le temo al cambio, supongo que por eso nos quedamos de la misma manera.

  Los Domingos, los días favoritos de Lisa porque Jennie se quedaba en casa y se lo pasaba con ella. Era el único día en toda la semana en el que Jennie parecía volver a ser una adolescente enamorada y la trataba como si en verdad la quisiese.


  Siempre hacían lo mismo, se levantaban tarde —Jennie se levantaba tarde— Y luego se sentaban en el sofá a ver películas, con el aire acondicionado al máximo y tapadas hasta el cuello. Comían cualquier comida chatarra o rápida que encontraran en la heladera pero nunca faltaban las palomitas de maíz, Lisa se encargaba de cocinarlas con caramelo, justo como a la morena le gustaban.

  Era el día favorito de la tailandesa porque tenía cierto aspecto de familiaridad que le encantaba, adoraba saber que esperar de cierto tiempo. Sabía que todos los Domingos, ella se encontraría sentada ahí. Era algo que no había cambiado en más de cinco años, era una tradición que ninguna estaba dispuesta a romper.

  Y por más que Lisa lo sabía, a menudo se encontraba asustada de que lo poco que aún parecía conocido y familiar en su vida, desapareciera de a poco. Ya creía haber perdido lo suficiente, no quería perder más. La sonrisa gomosa de Jennie, sus ojos brillantes, sus besos apasionados, sus caricias suaves, sus abrazos fuertes y sus "te amo" pejagosos.

  Todo lo había perdido.

  No supo ni cómo, ni cuando, pareció ser de un día a otro. Irremediablemente las cosas cambiarían con la llegada de la vida adulta, lo sabía, pero nadie le había dicho lo mucho que parecía quemar por dentro cuando todo a su alrededor empezaba a transformarse, y en su caso, no había sido uno precisamente bueno.

  El timbre del microondas suena y Lisa saca las palomitas ya hechas con una sonrisa. En la sala de estar yace Jennie esperándola casi con los brazos abiertos y eso calienta su corazón. Hay un lugar en el sillón para ella, su lugar de siempre, el que tiene la esquina del almohadón desgastado de tanto pasar sus dedos sobre el cuando está nerviosa.

  Le pone play a la película una vez que ya se encuentra sentada y se echa la manta hasta los hombros, justo debajo del mentón. Jennie había tomado la bolsa que trajo Lisa y le ofrece una, pasándola sobre sus ojos de una manera tentadora. La menor sonríe y la acepta, acurrucándose contra el cuerpo de Jennie y sintiéndose en las nubes cuando la otra no se queja de su cercanía, en su lugar, la abraza pasando un brazo sobre sus hombros y acercándola aún más.

"Podría quedarme así por siempre" Murmura la morena aún con su vista fija en la pantalla.

"¿Y por qué no lo hacemos?" Pregunta una ingenua Lisa, a lo que Jennie suelta una risa nasal.

"Porque hay un mundo real ahí afuera" Fue la respuesta abierta y misteriosa que plantó miles de dudas en la cabeza rubia.

  No siguió indagando porque el miedo la invadió, la incertidumbre del futuro era algo que le aterraba. Toda su vida había sido Jennie, ¿qué haría el día que ella no esté?

  Sacude su cabeza buscando espantar esas ideas que no hacen más que atormentarla, llama la atención de la morena pero no da explicación, centra su atención en la pantalla por un rato, mirando como Alegría, Tristeza y las demás emociones pelean entre sí, sintiendo como si algo parecido ocurriese en su interior a menudo.

  Cierra sus ojos porque la película no parecía estar ayudando a olvidar sus malos ratos, y cae dormida, sintiendo el calor que emanaba el cuerpo de Jennie pegado al suyo. Sabiendo que al despertar, iba a estar sola nuevamente y que no habría ni una sola nota, o mensaje, despidiéndose de ella.

  Era costumbre.

ᴊᴜʟʏ - JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora