La Tierra

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"Cambiamos nuestra tierra natal por las reservas de Chernobyl en el extranjero. Los jardines están floreciendo sin vosotros, pero las tumbas de tus seres queridos, no perdonarán tu traición, así como las casas huerfanas de tus padres"

Maryna se aferró a su madre como si de un cachorrito se tratara, corrieron a casa a pasos largos, mientras el sonido de helicópteros, sirenas y tanques atudían el panorama.

Llegaron a casa, y Gala ordenó a sus hijas a sacar las maletas, y guardaron algunas prendas para por lo menos unos 3 o 4 días, pensando que sería suficiente y que para entonces ya estarían de vuelta en casa.
Anya fue más lista, y se guardó un álbum de fotos familiar, temiendo que en su ausencia se metieran a robar, Maryna por otro lado, un cuaderno de dibujo y un libro de biología era lo que decidió guardase.

Además, Gala y Anya empezaron a guardar en una bolsa de tela algunas hogazas de pan, algunas naranjas, fresas y una cuña de queso. De pronto tocaron la puerta con brutalidad, Gala se acercó a abrir y era un agente de la milicia, pareciese que para ser militar era un requisito tener cara sicario.

-Buenas tardes camaradas, los autobuses de este sector están listos y usted y su familia debeis partir inmediatamente, yo las escoltaré.

-Oh vale, VAMOS NIÑAS! salgamos.

Salieron con prisas, vieron también que sus vecinos estaba en las mismas, nadie sabía nada, incluso algunas personas se vieron obligadas a dejar a sus mascotas, también ancianos que se negaban a ir y tenían una disputa con los militares.
Mientras Gala estaba atrapada en sus pensamientos, Anya se atrevió a hablar.

-Oye don mili, tan peligrosa es la situación que evacuais a toda una región?

-No puedl darte demasiada información, pero lo que sí puedo decir es que en unos días la situación estará controlada y podréis volver a vuestras casas.

-No me has dicho nada que no sepa, vaya.- dijo Anya con el ceño arrugado, entonces recibió un pellizco por parte de su madre, dandola a entender que debía cerrar la boca.

-No estoy aquí para dar información, estoy aquí.ñars brindar la seguridad ciudadana. Antes de subir a los autobuses me dais vuestra documentación de identidad.

Gala los tenia listos en la mano, entaban frente al autobús y el militar tomo la documentación para apuntarlas en una lista, después hizo un gesto con la mano, que daba señal para subir.

Subieron con sus maletas, Anya y Maryna compartían asiento y Gala se sentó detrás de ellas, de pronto seguía subiendo mas gente, y se alegró a ver caras conocidas, y que mejor que su vecina Maruska, que se sentó a su lado.

-Que alegría verte Gala!

-Maruska! Que bien, y tu marido?

-Estaba en Pripyat, lo estarán evacuando allí también. Lo que no sé es a donde nos llevan.

-Yo tampoco, a Kiev supongo, esto es de lochggghh..hgg.

Gala empezó a toser y se puso un pañuelo en la boca, se le secó la garganta, al ver el pañuelo vió una mancha de sangre. Y su vecina y amiga estaba viendolo atónita.

-Gala, creo que mientras más estemos aquí, mas nos envenenamos. Yo tampoco he estado muy fina de salud. - Sentenció la anciana.

-Anya ayer casi se desmaya, y Maryna tuvo una hemorragia nasal.

-Creo recordar, cuando leí un libro sobre medicina, los síntomas de exposición a la radiación. Pero no me hagas mucho caso, lelvo una migraña que alucinas.

De pronto el autobús empezó a moverse, por un monento Anya y Maryna se sentían graciosas, Anya le decía a Maryna "somos de la realeza, mira hasta nos escoltan los militares"

Pero todos el autobús giraron sus cabezas en dirección al pueblo, la tierra ancestral de la mayoría de los ciudadanos de Tovstiy Lis, que en ucraniano casualmente significa "Bosque profundo" al estar rodeado de bosque
Incluso contaba con su propia estación de trenes, cuya casualmente dejó de funcionar ese mismo día y fue desmantelada.

Nadie sabía que sería la última vez que verían a Tovstiy Lis habitable.

El autobus las llevo hasta el raión de Sviatoshin, en Kiev. Maryna estaba fascinada con Kiev, nunca antes había venido, y eso que estaba relativamente cerca. Una ciudad llena de gente, edificios, tiendas.
El autobús dejo a los residentes en un enrome bloque, era un albergue. El comandante informó a las personas que permanecerán aquí hasta que la situación vuelvan a tenerla controlada.
Era un edificio viejo, rectangular de 2 pusos, dentro, las camas eran incómodas, baños estrechos, el lugar era frío y lúgubre.
los autobuses se marcharon pero los militares se quedaron.
Al ingresar al edificio, una mujer se acercó y empezó a repartir unas pastillas blancas.
Maryna vio a su madre con cara de horror a su madre, no le gustaban las pastillas.
Gala se acercó a la mujer para pareguntarle:

-Disculopa señorita, que son éstas pastillas?

-Pastillas de Yodo.

-¿Para que?

-Habeis estado expuestos a altos niveles de radiación, y la tiroides absorve la radiación, pero el yodo la protege.

-Altos niveles?

-Os darán los detalles los oficiales al cargo, por mientras, debo seguir repartiendo pastillas.

-Ok, gracias! - dijo Gala, con la mirada perdida en el suelo.

Inmediatamente hizo que sus hijas tragaran la pastilla y beban agua para no atragantarse.
Para después, jutar 3 camas en 1, para que pueda dormir con sus hijas, no se fiaba de dejarlas cada una a su bola.

La comida tampoco era un manjar, alubias o avena sin sal ni nada. Y de beber pan y poco más. Extrañaban su casa, su hogar.

Los días que iban a pasar ahí iba a ser difíciles pero los podían soportar si la recompensa era poder volver a su tierra natal y recuperar sus vidas.

Lástima que eso no iba a ocurrir nunca.

Aguas de ChernobylDonde viven las historias. Descúbrelo ahora