Él Átomo pacífico

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Llevaban la pequeña familia exiliada en el centro por lo menos 5 meses, era 2 de septiembre y la situación no cambiaba.

Fueron sometidas a exámenes clínicos, les dieron ropa nueva y la vieja fue quemada, se ducharon con desinfectantes industriales, cosa que las causó ciertas manchas en la piel y tomaban pastillas de yodo cada mañana. 

Los doctores dijeron sin miramientos ni delicadeza, que han estado todos expuestos a dosis entre 8 y 13 veces más alta de lo normal, y que quizás ahora no sentirán grandes problemas de salud, pero en los años venideros será casi seguro que padecerán de cáncer, la más común: Cáncer de tiroides. 

Esa era la situación de todos los exiliados de la "zona de exclusión". Un diámetro de 30Km a la redonda de la central. Ciudades, pueblos y aldeas. Todas evacuadas y congeladas en el tiempo.
La supuesta evacuación temporal era una cortina de humo, por que no se sabía la naturaleza de la radiación. Y hasta que no controlaran la situación, la zona no sería habitable. Y esa situación llevará sin controlarse decadas después.

La ambición del hombre en querer manipular fuerzas que no podemos dominar, llevó al peor desastre que, la humanidad jamás se enfrentó antes. Y lo peor de todo, el peligro era muy letal e invisible, capaz de perseguí a la gente, a dus hijos, sus nietos y un largo etcétera. Como si de una maldición de tratara.

Entender ésto, posiblemente condujo a una depresión a Gala, jamás volvería a su casa, a Tovstiy Lis, a las tumbas de sus sered queridos, donde están sus recuerdos, por que la verdadera muerte no es la  biológica, sino el recuerdo.

Una rabia la inundaba, un resentimiento profundo, buscando culpables. Pero no del accidente en sí, sino de los mentirosos
¿Quien tomó la decisión de engañar a la gente? ¿Quién tomó la decisión de exponer a la gente a algo tan letal? ¿Son el pueblo la prioridad?

Tenía claro que estaban desamparados, el ocultismo y el secretismo que rodea el accidente hace que vivan exiliados socialmente por que, responder por ellos, era reconocer que hubo un error. Y el peor desastre nuclear de la historia no podía ocurrir en la Unión socialista soviética.

Pero debía recomponerse, y salir adelante, o mejor dicho, sacar adelante a sus hijas. Gala al ser afectada directa se le concedió una vivienda de protección social en Kiev.
Estaban a la espera que la sede del partido les diera luz verde para moverse a su nuevo hogar.

Anya y Maryna regresaron a la escuela, pero a una nueva, la escuela N°50 de Sviatoshin. Pero tampoco fue fácil para ellas, la ignorancia de la gente condujo a que las discruminen y las aislen, los compañeros tenian miedo de que les "contagien" algo.

Y Gala directamente desempleada, una recesión económica sacudía la República Ucraniana, la inflación del Rublo y un descontento social notable.

Gala se encontraba conversando con las amigas que hizo en el recinto, unos policías se acercaron.

-Galina Alexyeva Nestenko?

-Sí, soy yo.– Prengunto extrañada.

-Venimos a recogerla, su vivienda está lista para la habitabilidad. Recoga sus cosas.

Gala se apresuró a guardar todo en las 3 maletas y se despidió de sus amigas invitándolas.a visitarla.

Anya estaba contenta de por fin recuperar su intimidad, podría recuperar su vida, quien sabe, encontrar a su amiga Olga de la cuál, no supo nada desde entonces. No supo nada de nadie.

Por otro lado, Maryna era la que más mal lo pasaba. Una casa en Kiev, la capital,  significaba que se cerraba un capítulo de su vida, se cerraba su pueblo, y su vida que no quería perder. Sentía que no encajaba ahí, no encajaba con sus nuevos compañeros. Todas esas emociones la hacían más insignificante.

Las 3 subieron al coche policial con sus maletas y partieron al nuevo hogar.
El lugar era residencial, común. Típicos bloques de viviendas, típica arquitectura comunista.
Ingresaron a la vivienda, contaba con algunos muebles y cosas necesarias de higiene. No estaba mal del todo. Pero el aura de melancolía persistían.

Una vez se fueron los oficiales, empezaron a instalarse.

-Bueno que niñas, nada mal eh? – Gala intentaba animarlar a sus hijas.

-Sí, me gusta, tampoco hay mucho oara elegir. – Añadió Anya.

-No me gusta, no podemos tener aquí gallinas. Y tampoco podemos traer a nuestra vaca aquí. No cabe. – dijo Maryna mirando al suelo mientras dibujaba un círculo con su pie.

En ese momento se acordó Gala, de que los militares aniquilaron a todos los animales del pueblo, por la radiación.
Pero prefería guardarse la información.

-Pero Maryna la vaca es feliz en el campo, y aquí podremos tener un gatito o un perro! – dijo Gala acercándose a su hija para abrazarla.

-Me dejarías tener un gato?

-Por supuesto hija! volveremos a ser una familia normal, las familias normales tienen gatos no?

Una sonrisa invadió su rostro, Maryna se moría de estusiasmo. Ahora el mundo no le parecía tan terrible.




Aguas de ChernobylDonde viven las historias. Descúbrelo ahora