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Narra Laura

Me desperté temprano esa mañana, eran aún las 7:30 y estábamos en vacaciones, pensé en volverme a dormir pero no podía, así que me levanté y me dirigí al baño para dame una ducha.

Al salir de la ducha volví a mí cuarto a coger la ropa. Escogí unos vaqueros negros con una sudadera blanca y bajé a desayunar.
Cuando llegué a la cocina tío Dunk ya estaba allí, vestido y perfectamente aseado.

—Buemos días Dunk, ¿Acaso viene Brian a visitarnos? —pregunté mientras me acercaba al tostador para hacerme una tostada con mermelada.

— No, Brian tiene mucho trabajo últimamente — dijo él.

—¿Entonces por qué tan aseado en una mañana de vacaciones y tan temprano?

—Pues... — dijo él sonriendo — mis sobrinos vienen a vivir aquí a Key House.

— ¡Vaya, que buena noticia Dunk! — exclamé.

— Además, mi sobrino mayor Tyler, tiene tu edad... — dijo él.

—Mira que bien, podríamos ser amigos.

—Oh, te aseguro que mi sobrino es un chaval guapo y amable, quizás podríais llegar a ser algo más... — me dijo sonriendo pícaramente.

—¡Oh Duncan! — reí.

— Yo solo te advierto, el que avisa no es traidor... — comentó riendo mientras se llevaba su tostada a la boca.

Instantes más tarde sonó el timbre y Duncan se puso en pie de un salto.

— ¡Ya están aquí! —exclamó emocionado.

Salimos afuera y vimos a una mujer pelirroja con sus tres hijos.

— Hola chicos, bienvenidos a Hey House — dijo mientras les colocaba un gorrito de fiesta a cada uno — iba traeros también una planta pero no me dió tiempo.

— ¡Tío Duncan, tío Duncan! — gritó el más pequeño mientras se abrazaba a la pierna de su tío.

Duncan rió y lo llevó adentro a rastras, seguido de la madre del pequeño.
Yo me quedé fuera con los otros dos hermanos y me presenté.

— Hola, soy Laura Andrews, vivo aquí — dije sonriente.

—Tyler Locke — dijo él chico.
"Vaya — pensé— Dunk tenía razón, es bastante atractivo..."

—Yo soy Kinsey — dijo la chica sin apenas mirarme, mientras se dirigía al  interior de la casa.

— No te lo tomes a mal, no es nada personal — me dijo su hermano mayor— Ya era así antes, y ahora, con la muerte de papá y eso pues... es aún peor.

— Oh, cierto... — dije bajando la mirada — mi más sentido pésame, sé lo que duele perder a un padre.

El chico asintió, triste. Se podía ver el dolor que la pérdida le provocaba.

— ¿Vamos dentro? — dijo de pronto él, interrumpiendo mis pensamientos — me estoy congelando.

—Claro, sí, Duncan estará haciendo un tour por la casa, no deberías perderlo si quieres moverte por la casa.

— Cierto — rió Tyler — la casa parece muy grande.

Y tras esa breve conversación entramos a la casa. Efectivamente, Duncan estaba haciendo un tour por la casa. Cuando nos incorporamos a él, ya estaban en el salón de invierno. Pasados unos minutos, finalizó el tour.

— Eh, Tyler — dijo él pequeño Bode — ¿Elegimos cuartos?

— Elige por mí pequeño — le dijo dulcemente su hermano.

El pequeño subió animadamente por las escaleras y se perdió en el piso de arriba.

Tras mirar la escalera por la que había subido su hermano por unos instantes, salió fuera.

Subí a mí cuarto, me puse mis auriculares y me dejé caer en mi cama.
Segundos después, escuché como alguien llamaba a la puerta.

— Pasa — dije quitándome mis auriculares.

Kinsey, la única chica, pasó por la puerta y se sentó en la cama junto a mí.

— ¿Sabes dónde está Tyler? — me preguntó preocupada.

— Pues, la verdad no lo sé, salió al jardín hace un rato y...

— ¡¿Al jardín?! — me interrumpió la rubia — ven conmigo.

Me tomó de la muñeca y me llevó fuera. Al poco tiempo de salir, encontramos a Tyler ante un acantilado, con un cigarrillo entre los labios.

— No harías eso si papá siguiera vivo — dijo la rubia.

— Si papá aún siguiera vivo no estaríamos aquí — dijo el chico, con cierto tono de enfado.

— Pregunta sería Tyler, ¿ Estás bien? — le preguntó su hermana.

Él, por toda respuesta negó con la cabeza.

— ¿Quieres oír algo gracioso? — dijo él chico — lo primero que pensé cuando vi este lugar fue en mandarle una foto a papá, le encantarían estás vistas.

— Pues hagámoslo — le dijo su hermana.
Tomó su móvil, le hizo una foto a las vistas, se la envió a su padre y emprendió el camino de vuelta a la casa.

Vi como a Tyler se le llenaban los ojos de lágrimas, así que fui y lo abracé. No sé el tiempo que estuvimos así, abrazados delante del acantilado, con el  frío viento cortando nuestras mejillas. Finalmente, nos separamos y volvimos a la casa.

Espero que les haya gustado el capítulo. Si es así, me ayudarían mucho votando la historia. ¡Muchísimas gracias por leer!😊

La Llave A Tu Corazón (Tyler Locke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora