9.

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Narra Tyler

A la mañana siguiente me desperté en el suelo sin recordar el porqué. Cuando me incorporé y vi a Laura en mi cama me asusté
"¿Hicimos algo que no debíamos anoche...?" — pensé.
Finalmente recordé lo ocurrido. Como era sábado y no teníamos clase podíamos dormir más, pero decidí bajar a prepararle el desayuno a Laura, ayer se la veía mal y quería animarla.

Una vez en la cocina vi al tío Dunk sentado con su taza de café descafeinado, con cara de dormido y pelos alborotados.

— Buenos días Duncan

— Hey Tyler, buenos días chaval, ¿ Que tal la fiesta de ayer?

— Ehh... Estuvo bien — respondí — oye tío Duncan, ¿Sabes cuál es el desayuno favorito de Laura?

Él me miró con una ceja enarcada antes de responder.

— Definitivamente las tortitas con un buen zumo de naranja. Sin pulpa por cierto. ¿Por qué lo preguntas?

— ¿Ehh? Ah, es que quería hacerle el desayuno.

— ¿Y eso? Tyler, ¿algo que contarle a tu tío favorito? — me preguntó con voz burlona.

— Simplemente me apetecía ¿Vale? Ahora si me disculpas voy a cocinar.

— Vale chico, era solo una broma — rio él.

Tras una hora en la cocina preparando las dichosas tortitas finalmente acabé. Ahora el zumo de naranja... Además sin pulpa... "Chica exigente" — pensé.

Por suerte para mí, justo en ese momento entró mi madre en la cocina.

— Buenos días mamá, oye, ¿Podrías ayudarme a hacer un zumo de naranja sin pulpa?

— ¿Que? ¿Desde cuándo te gusta el zumo de naranja? — preguntó ella claramente adormilada aún.

— Ah, es que no es para mí.

— Okey, a ver, trae el exprimidor...

— Gracias mamá — le dije y le besé la mejilla — eres la mejor.

Una vez todo preparado, lo puse en una bandeja y me dispuse a subir las escaleras. Llegué a mi habitación y vi la puerta cerrada, lo cuál me extrañó. Juraría haberla dejado abierta. Llamé suavemente a la puerta tratando de mantener el equilibrio en la bandeja y no volcarla.

— ¿Laura? ¿Puedo pasar?

— Sí, sí, claro, solo espera un segundo.

Esperé pacientemente hasta que se abrió la puerta. Entonces la vi a ella, la misma chica que ayer había estado llorando y temblando en mis brazos estaba ahora serena y con una sonrisa de oreja a oreja.

— Te... Te he traído el desayuno... Pensé que te animaría... — balbuceé.

— ¡Tortitas! Son mis favoritas, muchas gracias Ty — dijo pasando sus brazos por mi cuello y abrazándome.

— No es nada, ahora pruébalas y dales una valoración entre el menos uno y el cero — reí yo.

Ella cogió la bandeja de mis manos y me invitó a pasar. Cogió la primera tortita y de un mordisco se la comió.

— ¿Que tal está? — pregunté sin mucha esperanza.

— A ver... No son las mejores que he probado pero el gesto es lo que cuenta. Y la verdad es que tampoco están tan malas — me sonrió ella — ven, pruébalas.

Me dio una y al llevármela a la boca pude ver que sabía ligeramente a quemado. Se me pasaron en la sartén por lo que veo.

Mientras yo seguía dándole vueltas a cómo podría haberlas hecho mejor Laura hablo.

— Tyler, te has puesto perdido — rio — deberías cambiarte.

— ¿Ehh? Ah, sí, parece ser que además de pésimo chef tampoco es que sea muy limpio que se diga. Voy a cambiarme — dije riéndome de mí mismo cuando vi que Laura se levantaba — ¿A donde vas? — pregunté — ¿Tan malas están que tienes ganas de vomitar? — bromeé.

— No, no es eso — rio ella. Dios su risa es preciosa — voy a dejar que te cambies...

— No es necesario, es solo la camiseta, por mí no hay problema. Y si quieres me voy al baño y ahora vuelvo.

— Si no te importa que me quede aquí... ¿Estás seguro que te da igual?

— Completamente.

Ella asintió. Me saqué la camiseta sucia y la dejé en la silla del escritorio. Ahora tenía que buscar una limpia...

La Llave A Tu Corazón (Tyler Locke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora