017 - Al imperio

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En un jardín cubierto de rosas rojas se encontraba un hombre de pie. Bajo la cabeza y comenzó a podar el jardín con unas tijeras.

—¿Trajiste alguna noticia?

—Si, tenemos noticias de Sir Legion.

Un caballero de gran tamaño se arrodillo mientras decía esas palabras. El hombre que jugueteaba con las tijeras alzó su cabeza. Las pestañas largas brillaban bajo la luz del sol. Sus ojos eran como un oro brillante y su apariencia era suficiente como para creer que se trataba de una estatua. Incluso no se podía comparar con eso.

Era una apariencia que hacía que el corazón de los demás lata con violencia. Miles de personas lo elogiaban pero las simples palabras no eran suficientes. Tanta belleza era increíble.

—¿Qué son esas noticias?

—Se dice que regresará al Imperio.

—¿Trae lo que pedí?

—Se dice que si lo trae.

—Oh, eso es una buena noticia. Esta vez está tratando de encontrar algo para él.

Incluso cuando él quería dar algo, Legion lo rechazaba. Cuando le pregunté el por qué, simplemente dijo que no quería nada. Su mejor caballero era alguien que no era muy codicioso. Es por eso quería darle muchas más cosas.

—No sé si lo habrá encontrado.

El caballero respondió con sinceridad. Su nombre era Albert. Era el líder de los Caballeros Imperiales Griffon. Sus habilidades se podían comparar con los Caballeros Leviathan, pero ellos eran fieles al Imperio.

—Está bien, ¿nos vamos?

El hombre se levantó de su asintió y le entregó las tijeras al asistente que estaba a su lado.

—Seguiré sus pasos, Su Majestad.

—Está bien.

Sentía una dignidad desconocida del hombre que caminaba delante suyo.

Su nombre era Raytheon El La Dietreon. Era el emperador del Imperio Dietreon.

—¡Cof cof!

Luana tosía con la boca cerrada.

—¿Es un resfriado?

Rugard que estaba viendo como cocinaba pregunto. Ella lo miró y dijo mientras hacía un puchero.

—No, la pimienta me hizo toser.

Después de decir eso, Luana levantó el cucharón y revolvió el contenido de la olla.

Después del incidente de la botella, Luana se escapó por varios días del pavo real y se refugió mientras cocinaba. Dormía en la cocina así que era una escapada perfecta. Sin embargo, había una cosa en la que no pensaba.

'¡Si el pavo real quiere verme no se podía negar!'

No podía desobedecer la orden del duque ya que ella seguía siendo una prisionera.

'¿Qué debería hacer?'

¿Hablar lo que pasó esa noche? ¿O solo debería seguir cocinando? ¿Me castigará? No. Ya han pasado muchos días del incidente, así que no podría ser eso. Sufrí muchos por mis pensamientos, pero nunca pasó nada.

—Regresaré al Imperio.

¡Verdad! Era natural que olvidé ese detalle, pero los caballeros incluidos el pavo real, eran personas del Imperio.

—Y tu también iras conmigo, así que si tienen que empacar algo hazlo con anticipación.

Inmediatamente el meju me vino a la mente por que solo decidió responder a su orden.

Libro de Cocina de Luana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora