Fue un placer chocar contigo.

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Narra Sofía
Y ahí estaba nuevamente, perdida su aliento, en su olor, su mirada, sus labios. No puedo detenerme, no puedo alejarme, soy adicta a su piel.

Mierda, 7:20, despierto sobresaltada, es la tercera vez que tengo este sueño, estoy en una habitación de hotel teniendo relaciones con una chica, su cuerpo es envidiablemente perfecto, pero todo esto es my raro, a pesar que nunca he estado con un hombre y mi única relación seria fue un fracaso total, nunca me había interesado por una mujer.

Es mi primer día en el nuevo instituto, la segunda noche en la nueva casa, en la nueva ciudad; mi madre y yo vinimos a vivir a Seattle por su trabajo, la transfirieron, y eso implicaba venir con ella, vaya cambio, tuve que dejar todo lo que conocía, mis costumbres, mis amigos, mi clase de guitarra, todo.

Tomo una ducha lo más rápido que puedo, no alcanzo a desayunar Y salgo corriendo al instituto, es a cinco calles de acá así que no tardo mucho en llegar.

Tarde, primer día en este lugar y llego tarde; reviso mi horario, filosofía a la primera, no me perdía de mucho, además, no iba a pasar por la pena de llegar tarde a mi primera clase, así que decidí no entrar.
Voy a la cafetería y tomo un granizado de café, salgo a caminar por el pasillo, para conocer el lugar y no perderme más tarde; no hay mucha gente por ahí, de seguro ellos si llegaron temprano y entraron a sus clases.
Sin darme cuenta choco accidentalmente con una chica por ir mirando mi celular.

- Lo siento, creí que no había nadie más en el pasillo - Estoy segura que me sonroje, aquella chica sonreía mientras hablaba

- Lo sé, debería estar en clase de química - dice mirando el suelo - eres nueva aquí ¿Verdad?

- Si, llegué hace una par de días a Seattle dije amablemente - no quería parecer muy altiva

- Mucho gusto, soy Alejandra Stevens - dice dándome su mano - y tu eres...

- Sofía Granger, voy en quinto año - estrecho su mano y Alejandra sonríe

- También voy en quinto año

Nos quedamos un momento en silencio, me intimida un poco la forma en que Alejandra me mira, todo el tiempo a los ojos, pero no le presto mucha atención.

- Y bueno, ¿Te acompaño a que conozcas el instituto? Digo... para que no choques a nadie más - reímos por su apunte y continuamos caminando.

Estuvimos recorriendo los pasillos del instituto por un rato, hablando sobre nuestras vidas y la gente de Seattle, me dejó en el aula de literatura para mi siguiente clase y se fue a la suya, matemática, creo. Lo último que dijo fue ''No choques a nadie más, ese pacer es sólo mío, te veo al almuerzo'' y besó mi mejilla, noté como en ese instante todas las personas que iban ingresando al salón se detenían a observarnos, eso fue raro.

La clase de literatura iba muy normal hasta el momento en que el profesor dijo ''van a trabajar en pareja con su compañero del lado'', no es que no quiera socializar, sólo que no estaba lista para eso.

Un chico alto de cabello oscuro movió su puesto para acercarse a mí.

- ¿Hace cuanto sales con Alejandra Stevens? - Me miraba fijamente y yo no entendía a qué se refería

- ¿Salir? La conocí hace un rato en el pasillo

- ¿O sea que no lo sabes? - ¿De qué estaba hablando? no entiendo. - ¿Hace cuanto estás en Seattle?

- Llegue hace un par de días. ¿Cuál es el problema con Alejandra? No entiendo de qué me habla.

- Alejandra Stevens es lesbiana, todos aquí lo saben - En ese momento entendí por qué nos observaban todos hace un rato, deben estar pensando que soy su pareja.

El resto de la clase estuve pensando ella, no me lo podía creer, ¿Por qué no me lo había dicho esta mañana? o sea, no es que me moleste, es sólo nunca había conocido a nadie así, nadie aparte de la chica de mi sueño.

Había estado esperando con ansias la hora del almuerzo, pero cuando por fin llegó no sabía que le diría, quería verla, era muy amable, pero no sabía cómo acercarme, no quería que malinterpretara mi amabilidad.

Me detuve en la entrada de la cafetería para ubicarla, pero no la veía, de un momento a otro siento a que alguien pone sus manos en mis ojos y me asusta bastante

- ¿Me buscabas? - es la voz de Alejandra, me doy la vuelta para verla y ahí está con su radiante sonrisa, hasta este momento me doy cuenta del color verde de sus ojos, es rubia, no puedo negar que es muy bonita realmente.

Nos sentamos en una mesa y empezamos a dialogar sobre las clases, olvidé por un rato que debía preguntarle por su sexualidad, el tiempo se pasó muy rápido y ninguna comió nada, la siguiente clase la teníamos juntas, así que me senté un puesto delante de ella.

Intenté concentrarme en la clase, pero fue imposible, tenía que hablar con ella.

Le pasé una hoja sin que la profesora se diera cuenta.
Tengo que preguntarte algo, ¿crees que podríamos hablar un rato saliendo del instituto? - no se si era una buena idea, pero lo necesitaba.
- Si, por supuesto, ¿debo asustarme?
- En lo absoluto, solo quiero que me expliques algo.

Narra Alejandra
Soy de esas personas que piensan que puedes amar a alguien desde el primer instante en que sus miradas se cruzan y hoy pude sentirlo, en el momento justo cuando Sofía chocó conmigo y pude verla por primera vez, sentí como pasaría el resto de mi vida a su lado, es lo más perfecto de todo el puto universo.
A la hora del almuerzo pude sentir que estaba un poco incómoda, pero no me dijo nada al respecto, ahora que saldremos después del instituto tal vez me diga que está sucediendo.
Nunca me ha preocupado lo que piensen sobre mí en este lugar, todo aquí saben que soy lesbiana así que seguramente ya deben sospechar que me interesa Sofía, es hermosa.

Luego del instituto fuimos a caminar un poco sin rumbo, discutíamos de diferentes temas, pero sabía que Sofía quería preguntarme algo, no entiendo porqué no lo hacía, voy a tener que ayudarla.
- Vamos Sofía, se que tienes algo que preguntarme, hazlo y ya - Se sonrojo ligeramente, se detuvo y me miro fijamente a los ojos un instante.
- Alejandra, pude darme cuenta como todos me veían desde el momento en que me dejaste en la clase de literatura... Incluso... me preguntaron cuanto llevo saliendo contigo, quieres decirme qué pasa - Mi nombre se escuchaba perfecto de sus labios; no pude evitar reírme un poco
- Salir contigo no suena para nada mal - Me mira confundida, no debí decir eso - Entiendo lo que sucede, y bueno, es porque para nadie es un secreto que soy lesbiana - creo que dije esto muy bruscamente, Sofía se queda en silencio un instante y vuelve a caminar a paso lento sin decirme nada, necesito que me diga algo, necesito saber qué está pensando. Sigo un paso atrás de ella, no sé como habrá tomado esto.
- Sofía, entiendo que no es fácil, pero necesito que me digas algo, sé que no eres como yo y... No voy a tratar de cambiarlo, es sólo que... - me interrumpe
- No me molesta para nada, no hay ningún problema, bueno, si lo hay, mi mamá es homofóbica y jamás aceptaría que fueras mi amiga, pero no hay problema, ella casi nunca está en la casa - amiga, no puedo evitar pensar en ella como más que una amiga, pero es momento de aceptarlo.

Narra Sofía
No puedo creerlo, aún no asimilo toda la información del día, la gente en Seattle parece ser muy amable, espero que las cosas sigan así.
Entre terminar los deberes del instituto y pensar en Alejandra, ella gana, por algún motivo sentía una rara conexión con ella desde que la vi, seguro seremos muy buenas amigas.
Alejandra me hace recordar ese extraño sueño que se repite, estoy muy confundida, no entiendo qué está pasando conmigo.

Alejandra se acerca lentamente, la observo fijamente y me detengo en sus labios, sus perfectos labios que ahora están en perfecta sincronía con los míos, nos hundimos en un profundo beso y puedo sentir su piel, su olor, su perfección.


Mi sueño se ve interrumpido por la voz de mi madre, me había quedado dormida en el sofá y ella me despertaba para que fuera a mi habitación
No tengo idea qué hora es, todo está muy oscuro y como no conozco bien la casa aún tropiezo con todo mientras llego a mi habitación; para ese momento estoy totalmente despierta de nuevo, me pongo mi pijama, me recuesto en la cama y no puedo evitar pensar en el sueño que acabo de tener, aún siento ese beso, es como si hubiese sido real.

Conociendo a Sofía. -  Lesbian -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora