Promise {ShinAra}

114 9 0
                                    

— Aunque no vayamos a estar juntos no me olvidarás, ¿verdad? — Me dijo tiernamente mientras juntábamos nuestras manos entre ellas. Asentí entre lágrimas mientras intentaba ser lo suficientemente fuerte para aguantar esa situación. Pero no estaba dentro de mis posibilidades. Yo tan solo era un niño de 11 años. Con suerte podía controlar mis emociones. Estábamos detrás del edificio principal, en nada sabía que nuestras familias venían a por nosotros pero no estaba preparado para decirle adiós.

Por cosas de la vida, aunque lo había intentado convencer a mi familia desesperadamente, íbamos a ir a diferentes secundarias. Aunque quizás nuestros caminos se volvían a juntar se me hacía imposible ver algo de luz en esa circunstancia. Nos fundimos en un triste abrazo mientras notaba como él intentaba calmar mi llanto que ahora ya era imparable.

Aquel día nos separamos y nunca más nos volvimos a encontrar. A pesar de haber estado juntos tan solo un año y medio él había significado muchísimo para mí.

Pero aun así no dejaba de soñar con él algunas noches, como si mi mente intentara prevenir que en algún momento me olvidara de él. Pero sirvió a medias. Aquella imagen se volvió algo borrosa y su nombre se evaporó de mi mente al paso de los años. En mi último año de preparatoria había quedado como un leve recuerdo lejano que me acompañaba alguna noche al mes.

Había pasado por muchas cosas a lo largo de mi vida, había conocido a muchas personas pero sabía que aquel sentimiento que surgió en mí a mis 10 años había sido totalmente diferente. Me hizo replantearme muchísimas cosas; sabía que aquello no había significado como una simple amistad. Guardaba con ternura y cariño todos los dibujos que había hecho de él y yo juntos, incluso algunas cartas que me había escrito. Aunque odiaba el hecho de que no las firmara, así no podía recordar su nombre. Aunque mi madre le cayera bien aquel chico, no dejaba de sentirse totalmente preocupada con la situación. Ella se intuía más de lo que yo en aquel momento podía pensar, a los años me di cuenta que quizás no pensaba en él como un amigo. Gracias a aquello su recuerdo se volvió muchísimo más importante para mí. Aunque conocí a mucha gente importante, Juichi por ejemplo. Pero nadie llegaba a su altura.

Entré a la preparatoria y, aunque tenía esperanzas, no pude encontrarle. Pero, ¿cómo esperaba encontrarle? No recordaba su nombre, ni su rostro con claridad. Solo recordaba su tez blanca a contraste de su cabellera oscura. Aunque solía ser muy agrío con todos nuestros compañeros conmigo era totalmente diferente. Como un lobo domesticado. Me centré en el club de ciclismo en la amistad que tenía con todos mis compañeros. Me sentía bastante cómodo con aquello que habíamos construido.

A mediados de año alguien más entró en el club, parecía que iba a revolucionar todo aquello que habíamos creado en todo el tiempo que llevábamos allí. Algo en él me hacía sentir muy extraño, no sabía identificar precisamente el porqué. Notaba que él no paraba de dirigirme miradas y a su vez no entendía por qué.

Con el tiempo me fui acostumbrando a todo aquello y antes de que me diera cuenta estábamos en último año. Aunque en un primer lugar él parecía estar molesto conmigo, de alguna manera, con el tiempo empezó a dejar su lado tosco y huraño y abrirse más a nosotros, sobre todo a mí. Mi mente no podía evitar relacionarle con aquel niño de mi mente, ya que su tez y su cabellera eran muy parecidas. Pero quería dejar eso a un lado. Porque al estar con Yasutomo no podía evitar sentirme extraño, las veces que nos quedábamos a solas me sentía de una forma totalmente indescriptible. No llegaba a lo que podría llegar a sentir por aquel recuerdo de mi mente pero nadie había llegado hasta ese punto.

— ¿Hay alguien que te guste, Shinkai-san? — Me preguntó una chica de un curso inferior mientras estaba en un cambio de clase. Aquella pregunta me pilló bastante desprevenido ya que no sabía qué respuesta era la correcta. Pero a sabiendas que Arakita Yasutomo se encontraba a mi lado en aquel momento decidí que una era la respuesta indicada.

Yowamushi Pedal {One-Shots}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora