Harry Styles ama con su vida el café, el olor de los granos tostandose, la leche caliente con un toque de canela, la espuma sobre su capuchino, la crema batida cuando la requiere alguna malteada.
Él trabaja en una cafetería para poder pagarse sus es...
Harry Styles tiene diecinueve años, trabaja en la cafetería de los padres de su mejor amigo Zayn. Ellos le ofrecieron a los dieciocho el poder comenzar a ganar su propio dinero y así pagarse la escuela de música que tanto anhela estudiar.
A pesar de que Zayn se ofreció para pagarle una parte, el menor se negó de mil maneras posibles, es por eso que al final terminó por aceptar el trato y tiene aproximadamente nueve meses trabajando. Su horario es de solamente ocho horas porque las tardes las utiliza para asistir a unas clases de arte que el pelinegro le invitó.
Aunque uno entra al salón de pintura, el otro asiste a las clases de guitarra, por desgracia Harry no tiene una y sus ahorros van a tener que invertirlo en eso. Porque si, no va permitir que Zayn le pague un regalo de esa magnitud (al menos para el rizado es muy costoso).
Lo que nunca se imaginó es que por esa puerta, entraría un chico de ojos azules que comenzaría a robarle el aliento, él quiere hablarle pero su timidez se lo impide, sobre todo cuando siempre va acompañado de un rubio que lo mira con mucho amor.
Sus días son demasiado interesantes, sobre todo cuando tiene tiempo libre para escribir o componer alguna canción. Él necesita inspiración, a veces las tardes mientras toma un poco de café le ayudan a encontrar un motivo para ser feliz.
Porque su color café es el favorito, nunca pensó que el azul le robaría el sueño por las noches.
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