Ese hombre no es tuyo - Yoonmin

Lust at first sight

Min Yoongi, alfa puro de veintinueve años de edad, con una compañía propia bastante prospera y buena apariencia. Muchas y muchos matarían por tener la mordida de aquel alfa, pero claro que aquel alfa no veía a nadie, ni siquiera a su propia prometida.

Una omega cualquiera que fue elegida por sus padres, no es como si a él le interesara alguien más, por eso lo acepto sin miramientos, pero siempre había dejado en claro que esa omega no tendría su marca, jamás. Su lobo no la quería, la rechazaba por completo, pero lo aceptaba porque tampoco había algún omega que llamara su atención. En lo único que pudieron estar de acuerdo tanto humano como lobo, es que jamás marcarían a aquella mujer.

― ¿Cómo van los preparativos para la boda? – cuestionó su madre con una mirada dura y fría

― Muy bien, señora Min – respondió la omega con educación – Dentro de tres meses podremos casarnos – sonrió

― Me parece bien – asintió la mujer sin alegría, solamente con resignación

― Incluso pensé en dejar un tiempo prudente para que podamos realizar el marcaje...

― Creo haber sido claro – comenzó Yoongi que había guardado silencio hasta el momento – Jamás marcaré a una omega como tú – soltó con veneno

― Pero soy tu omega – reclamó molesta

― Serás solo la incubadora de mis hijos, ni más ni menos – aclaró

― Pero... - intentó reclamar, volteando a ver a los señores Min – Estoy segura de que tus padres esperan que me marques, como debe ser

― Sí claro. Mi padre está tan emocionado porque yo marque a una omega de clase baja – comentó de manera burlona

― Lo siento querida, pero al menos llevaras una argolla en tu dedo – intentó calmar la mujer, aunque no pudo, no cuando la veía como poca cosa

― Agradece que se te está dando la oportunidad de ser la esposa de un Min – exclamó el alfa mayor – Ahora si me disculpan, es hora de que vuelva al trabajo

― Yo igual, iré a trabajar – fue Yoongi esta vez quien se levantó, dejando la servilleta en la mesa

― ¿Por qué me tratan así? – cuestionó la omega molesta

― Tal vez si mi hijo te hubiera escogido, todo estaría bien. Pero tus padres fueron quienes pactaron este matrimonio y tú aceptaste, no por amor. Solo aceptaste todo esto por dinero, no creas que puedes tener el papel de víctima, cuando todos aquí sabemos de lo que eres capaz

La mujer se retiró del comedor y la omega quedo en silencio, con la rabia burbujeando en su interior. Todos sabían bien que aquello solo era un trato, ella tendría unos cuantos cachorros y luego sería libre, obteniendo una buena paga. Ni más, ni menos, fue ella la que insistió en una gran boda para crear todo un escenario de familia feliz, algo que jamás tendría.