Yoongi estaba cansado de personas falsas a su alrededor, lo único que deseaba era finalmente tener hijos y mandar a la mierda a cualquiera que lo molestara. Sin embargo un hermoso omega hará que cambie de parecer con solo una mirada.
Yoonmin
omega...
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Yoongi se encontraba revisando varios documentos que había dejado de lado hace unos días, últimamente Jimin había estado un poco más mimoso que de costumbre y como el alfa no quería verlo llorar o hacer berrinche, salía un poco más temprano del trabajo para verlo y estar con él.
― Adelante – pronunció en voz alta al escuchar unos toques a su puerta
― Señor, recibí información de los guarda espaldas que estaban con su omega – comentó un hombre, lo reconocía como el jefe de seguridad
― ¿Pasó algo? – cuestionó de manera seria
― Si, un alfa desconocido por el momento, se acercó a su omega con intención de intimidarlo y degradarlo – explicó – Su omega se hizo cargo y dio la orden de alejarlo en el momento justo. Luego ordenó a dos de nuestros hombres a seguir a dicho alfa e investigarlo
― Bien – asintió
― ¿Lo investigamos? – cuestionó el hombre
― Choi, eres mi jefe de seguridad – comenzó – Jimin es mi omega, míralo como tu otro jefe, lo que él diga se hace y no tienes por qué preguntarme. Pero agradezco que siempre me informes sobre estas situaciones
― Como usted diga, señor – asintió – También me informaron que el joven viene para acá, según uno de mis hombres se ve un poco alterado por la situación
― En cuanto salgas deja dicho que mi omega viene y que deben dejarlo pasar directo a mi oficina
― Sí, señor
Sin más el hombre salió de la oficina y Yoongi solo pudo sentirse molesto, su omega era muy bueno ocultando sus malestares. No había sentido nada en el lazo, nada más que un poco de tensión lo que pensó que había sido por la entrega de su tesis, pero ahora se daba cuenta que había sido por otra situación.
― Yoongi – saludó Jimin mientras entraba por la puerta
― Hola Minnie – lo saludó analizando a su omega, no había nada fuera de lo normal pero su mirada estaba apagada, no tenía el brillo de siempre – Ven aquí – pidió mientras alejaba su silla y abría sus brazos
Jimin simplemente se acercó y se sentó en su regazo, quedando de lado para poder recostarse en el pecho de su alfa. Yoongi no quería apresurar las cosas, simplemente se dedicó a acariciar la espalda de su omega y besar de manera tierna la coronilla de la cabeza de Jimin.
