Yoongi estaba cansado de personas falsas a su alrededor, lo único que deseaba era finalmente tener hijos y mandar a la mierda a cualquiera que lo molestara. Sin embargo un hermoso omega hará que cambie de parecer con solo una mirada.
Yoonmin
omega...
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Después de una semana, Jimin se encontraba viviendo bajo el mismo techo que su alfa y que sus amados suegros. Todo iba bastante bien, incluso su tesis estaba casi terminaba y eso solo significaba que estaba a un paso de graduarse finalmente.
Suspiro después de haberse vestido, ahora tenía de todo en su guardarropa. No había ropa que no le gustara, que no se le viera bien y que sobre todo lo hiciera ver sexy. Porque sí, eso era lo más importante, verse sexy para su alfa.
Pero ese día tenía que vestir colores brillantes, de esos que le agradan a su padre y lo hacen ver como un niño bueno. Porque finalmente todos cenarían juntos, Yoongi estaba un poco nervioso, ni siquiera estaba en la mansión aún y Jimin sabía que solo se estaba escondiendo en su oficina, pero Hoseok le había prometido enviarlo a tiempo para la cena.
Bajo con calma las escaleras y escuchó como el mayordomo le pedía a alguien que entrara. Cuando la persona entro, Jimin se dio cuenta de que era su padre. Con un chillido de felicidad se acercó corriendo para abrazarlo y besar sus mejillas, lo había extrañado tanto.
― ¿Cómo está mi hermoso hijo? Estás más lindo desde la última vez que nos vimos – sonrió con calidez
― Tú también estas muy guapo, papá – sonrió – Ni siquiera parece que tuvieras casi cincuenta – bromeó
― Mocoso impertinente – gruño siguiéndole la broma – Ojala te veas tan bien como yo, cuando tengas mi edad
― Por supuesto que lo haré, después de todo soy tu hijo – sonrió
― Señor Park y joven Jimin, pueden pasar para ponerse cómodos, en cuanto esté la cena les daré aviso – explicó el mayordomo
― Gracias señor Ahn – agradeció Jimin con una gran sonrisa – Ven papá, aquí está la sala
Ambos caminaron tranquilamente a la sala de la mansión, en ese lugar Jimin hizo que su padre se sentará para luego sentarse a su lado y el señor Park no perdió el tiempo en observar la linda marca en el cuello de su hijo.
― Señor Park es un placer – Saludó Chaelin mientras se acercaba – Mi esposo e hijo siguen trabajando pero no tardan en venir
― Es un placer señora Min – saludó el hombre con una sonrisa elegante – Pero llámeme Jiyong si no le molesta – pidió
― Solo si me llamas Chaelin – aceptó con una sonrisa
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