La tarde moria frente a sus ojos, dejando el cielo pintado de preciosos naranjas y morados que se mezclaban entre si con la luz decadente del sol.
Limpio violentamente sus lagrimas con la manga de su sueter y apretó los dientes en un intentó desesperado de calmarse. Por mas tranquilo que fuera ese atardecer, su interior era un desastre. Realmente odiaba eso.Retomo el camino hacia su departamento, pues había parado en un parque para que su hermano no lo viera llorando al llegar. Pateaba las piedras que se cruzaban con sus pies mientras seguía su sombra.
Ese día había sido un infierno para Tsukishima Kei. Su despertador no habia sonado, perdio dos clases, se confesó a una chica que lo rechazó, sus audifonos se destrozaron cuando alguien pateo accidentalmente su mochila, y, como cereza del pastel, su madre le escribió que no podria estar para su cumpleaños. No es como si a Kei le importara su cumpleaños, pero que su madre prefiriera estar con la familia de su nuevo esposo en lugar de él realmente lo destrozó.
Estaba perdido en sus pensamientos, no fue hasta que escucho el elevador abrirse que siquiera se dio cuenta de que habia llegado a su edificio. Entró y marco el botón de su piso. Aún queria llorar, queria gritar y hacer un berrinche. Queria abrazar a su madre mientras sollozaba en su hombro y queria decirle todo lo que pasaba en su cabeza, pero no podía. Definitivamente no podía. ¿Decirle que odiaba a su nuevo esposo y a sus hermanastros? ¿Por que motivo? "Oh, claro. Porque nos abandonaste a mi y a Akiteru para irte a vivir con ellos" pensaba apretando sus manos para clavarse las uñas en las palmas.
Otra vez, el ascensor abriendose lo saco de su bucle de pensamientos dañinos. Frente a el se encontraba su hermano, radiante como siempre. Él le sonrio, Kei solo lo miro como siempre, cansado.
—¿Te vas? –Pregunto el menor jugando con sus dedos detras de su espalda.
—Sip, tengo trabajo. –Desordeno el cabello de su hermano y se adentro al elevador en lo que el contrario bajaba.
Ambos se despidieron moviendo la mano. Las puertas se cerraron y el de lentes exhaló todo el aire que por alguna razón habia estado conteniendo.
Las lagrimas llenaron sos ojos y corrió hacia su departamento. Con manos temblorosas giró las llaves, a tropezones se saco los zapatos y el sueter, dejando todo en el suelo de la cocina. Grito con todas sus fuerzas, ahogando el sonido con su almohada. La rabia y la angustia lo consumían, odiaba a todo el mundo.Llevado por la ansiedad y la necesidad de trasladar el dolor hacia un sector menos sentimental, golpeo la pared. Con todas sus fuerzas. Ese simple golpe hizo toda su mano arder.
—¡Mierda!
Medio murmuró medio gritó por el dolor, pero todo su mundo pareció silenciarse cuando dos suaves golpes respondieron del otro lado de la pared.
Cubrio su boca para acallar su respiración entrecortada y esperó. No sabia bien que esperaba pero necesitaba algo más, y eso no tardo en llegar.
—¿Estas bien?
Preguntó una voz ahogada por la pared, que por mas fina que fuera tampoco era papel.
—No.
Respondió Kei con toda sinceridad.
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Paredes Finas [TsukkiYama]
FanfictionTsukishima odia salir de su habitación. Ese es su lugar seguro, en donde puede ser él y donde las garras de la desesperación que le genera el mundo exterior no pueden tocarlo. Tsukishima Kei, un joven con ansiedad y cara de pocos amigos, descubre q...