[Epilogo]

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Escuchó las llaves tintinear en la cerradura de la puerta y corrio para recibir al mayor. Nada más abrir, unos brazos lo envolvieron fuertemente. Solto una suave risa y le devolvio el afecto.

—Solo me fui una hora –Se burló el más alto quitandose los zapatos.

—Pero Tsukki~ te extrañé.

El menor hizo un adorable puchero abrazando a su novio por la espalda, quien movio un poco su cabeza para dejar un beso en la pecosa mejilla del contrario.

—¿Quieres buenas noticias? –Entusiasmado, el menor asintió– Mi psicóloga dijo que solo tendré que ir una vez al mes.

Yamaguchi sonrió. Su querido Tsukki había decidido comenzar a ir a terapia, y eso lo habia ayudado bastante. Las vidas de ambos cada vez iban por mejor camino. El rubio hizo las paces con su madre, quien le aseguró que nunca lo remplazaria, comenzo a jugar al voley en el mismo equipo que Tadashi y mejoró su rendimiento escolar, todo para poder ser feliz junto a la persona que más amaba. Mientras, Tadashi logró superar sus inseguridades y llegó a ser titular en su equipo. La vida les sonreía a ambos.

En ese momento se encontraban en el departamento de los Tsukishima's. Como las clases habían terminado, decidieron pasar una semana alli, otra en la casa de Tadashi y otra en la casa de la madre del Kei. Era un amor joven y radiante, lleno de besos, risas y miradas cómplices. Sabían que la persona perfecta era aquella con quien despertaban cada dia.

—Eso es asombroso Tsukki.

Festejó apretando aun mas el abrazo. El de mayor estatura se paró y se volteo para encontrarse con los infantiles ojos de Yamaguchi.

—Todo gracias a ti, realmente –Le confesó tomandolo de las manos.

Un suave rojo cubría las mejillas de ambos. Por mas enamorados que estuvieran, ambos seguian siendo torpes para esto de tener una relación, pero lo estaban haciendo juntos y cada día descubrían algo nuevo, juntos.

Asi como todo era de color rosa, tambien hubieron sus dias malos. Ambos recordaban perfectamente su primera discusión.

«El rubio había sido un desastre en la cancha, apenas habia podido bloquear y la mayoría que lo hacía terminaban en punto para el equipo contrario. Estaba frustrado y queria gritar. Yamaguchi lo alcanzó en los vestidores, y al verlo tan alterado lo abrazó. Kei, aún en su estado mental frágil, lo empujó violentamente. Tadashi lo miro perplejo, el solo quería ayudar a su novio a sentirse mejor.

—Tuskki, tranquilizate. No es la gran cosa-

—¿Que no es la gran cosa? Perdimos por mi culpa. Vete a la mierda, Yamaguchi.

Dijo sin pensar, estaba irritable y enojado consigo mismo, necesitaba sacarlo al mundo y la unica manera que se le ocurrio fue insultando a su novio "Excelente" pensó "Soy un idiota".

—Lo siento Tadashi, no quise decir es-

—¡Pero lo dijiste! ¡AAAH! ¡A veces eres tan molesto, tan egoista y tan vanidoso que no me aguanto estar cerca tuyo! Solo queria ayudar, imbecil.

—¡¿Si soy tan molesto por que no te vas?! Yo tampoco tengo muchas ganas de verte en este momento.

Afuera de los vestidores, todos escuchaban esa acalorada discusión. Hinata y Noya querian interrumpir, pero el capitán Daichi no se los permitió. La pareja necesitaba eso, no todo debía ser perfecto en una relación.

—¡Oh bien! ¡Ahora estas llorando! ¡Deja de actuar como un bebe, maldita sea!

Silencio.

—Tadashi... lo siento.

El rubio se disculpó, su voz casi se quebró al final. Odiaba ver a Yamaguchi llorar, y esta vez habia sido por su culpa, ¿Que clase de novio era?.»

Luego de compartir un cariñoso beso, el de lentes se exaltó. Habia recordado algo, oh demonios, ¿Como podria haberlo olvidado? El de cabello verde lo miro divertido, el rubio palpaba sus bolsillos rapidamente en busca de algo.

—¡Aqui! –Exclamo al sentir la pequeña cajita en el bolsillo de su campera.

Tsukishima se sentía como la primera vez que conoció a los padres de Tadashi de manera formal.

«Jugaba con su reloj pulsera mientras esperaba que alguien abriera la puerta. Su estomago dolía y quería salir corriendo de allí, pero no queria decepcionar a su novio.

—Ey, Tsukishima –Saludo el padre del joven abriendo la puerta.

Era un hombre alto, de cabello oscuro al igual que sus ojos. Usaba lentes y tenia una sonrisa contagiosa, ademas de numerosas pecas por toda su cara. Sabia que se trataba de un hombre agradable, pues Yamaguchi le habia contado mil y una cosas sobre él, pero no podia evitar sentirse amenazado por el padre de su novio, es asi como las cosas funcionan.

—Buenas tardes, Dr.Yamaguchi –Saludo formalmente haciendo una leve reverencia. El hombre comenzó a reir casi histericamente.

—Ay niño, eres igual a Akiteru. Llamame Dr.Hiroshi, somos familia al fin y al cabo.

Un leve sonrojo cubrió las mejillas del menor. Pensar que algún dia el podría formar una familia con Tadashi lo hacía feliz.

Entraron a la casa, estaba decorada bastante normal. Fotos de la familia en las paredes, cosas que suponía eran de antiguas generaciones, como un plato de ceramica que descansaba sobre un mueble, y algunas pinturas que parecían hechas por la misma persona.
Con el hombre caminaron hacia el comedor, donde la madre de Tadashi y él se encontraban. Al verlo, el menor corrió hacia el y le planto un suave beso en los labios, Kei se sintio avergonzado debido a que sus padres estaban allí.

—Es un placer conocerte... De una manera más normal –Saludo la madre.

Ella era delgada y mas bajita que Tadashi, su cabello tambien era negro pero sus ojos eran de un bonito verde oscuro. Ella no tenía pecas pero tenía la piel mas palida. Tsukki podia ver a simple vista cuales eran los genes que habia heredado su novio.

La cena se sintió tan familiar, que aquella sensación de enfermedad y nervios desaparecieron rápidamente.»

El rubio limpio la fina capa de sudor que se habia formado en sus manos con su camiseta. Yamaguchi lo miro, curioso. La última vez que lo habia visto tan nervioso fue cuándo le toco presentarlo a su madre y hermanastros, quienes terminaron por amar al de cabello verde.

—Yamaguchi –Comenzo, mirando al suelo– Sabes que desde que te conocí he sido muy feliz, y realmente no quiero que nada de eso cambie. Quiero tenerte en mi vida para siempre, quiero amarte con cada centímetro de mi cuerpo y que tu te sientas igual de feliz. –El menor podria jurar que estaba a punto de proponerle matrimonio– Por eso quiero darte esto.

Abrio la pequeña cajita que habia estado apretando en su mano, un delicado anillo plateado y dorado con un diseño como un nudo brillaba allí. Tadashi entro en panico, no le estaba proponiendo matrimonio ¿Verdad? ¡Eran muy jovenes!

—Es un anillo de promesa –Continuo, esta vez sonriendole con cariño–. Es mi promesa para ti, te prometo amarte siempre y estar para ti cuando me necesites.

Y Tadashi comenzó a llorar, aferrandose a su pareja que tambien soltaba alguna que otra lagrima.

—Eres lo mejor que me pasó en la vida.

Paredes Finas [TsukkiYama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora