Todos los habitantes de la casa se dieron cuenta de que algo le ocurría a Kat. Los primeros fueron los parranderos Tufo, Gordi y Látigo que la encontraron llorando junto a Casper en la escalera principal poco después del fallido experimento y como nunca parecieron interesarse por sus sentimientos:
-PeRo mIrEn nAdA máS qUe tEnEmOs aQuí-
-¡La cAlAvErItA eStá llOrAnDo!-
-¡¿OyE sAbAnDiJa qUé le hIcIstE?!,¡PíDele dIsCulPaS!-
Interpelaron en el orden mencionado y ellos tuvieron que explicarles con brevedad que nada malo ocurría aparte de problemas escolares. Luego el Sr. Harvey, errando los usos horarios de las diferentes regiones debido a la emoción del nuevo posible trabajo que con éxito estaba consiguiendo, llamó pasada la media noche y la percibió también acongojada.
-Cariño ¿Qué pasa?- consultó entonces lleno de preocupación y lamentando por primera vez a totalidad el dejarla sola, por lo que ella conociéndolo, de inmediato le soltó una mentira, a sabiendas de que podía ser capaz de dejar botado todo por tomar el primer avión de regreso para ir a verla.
-No es nada papá, estaba viendo un dorama triste junto a Casper. Eso es todo- excusó valiéndose de uno de sus conocidos y sanos vicios, con lo que el Sr. Harvey suspiró con alivio en el teléfono, creyéndole, aunque requirió confirmarlo con el muchacho fantasma también.
-Dice la verdad Mr. Harvey no se preocupe, y aparte yo estoy cuidándosela muy bien- como más que amigo, en realidad todo un novio valiente y responsable, Casper expresó y Kat no pudo evitar sonreír con aquello aun inmersa en su pena.
Después lloró hasta quedarse dormida mientras el fantasmita intentaba reconfortarla, pero la decepción de su fallido emprendimiento la acompañó inclusive en sus sueños, haciéndola estremecer... Donde la inicial emoción de verse paseando junto al Casper humano en un bonito día de Navidad, la perdía de repente al perderlo a él por soltarse un instante de su brazo entre una multitud de gente...
-Tranquila Kat, todo fue un mal sueño, mañana será un mejor día- escuchó entonces que desde el mundo real él le susurraba al oído al tiempo que le acariciaba la mejilla, lo que sirvió para adormecerla de nuevo, sin importarle siquiera que se le enchinara la piel como sucedía cada vez que le tocaba con su traslúcida frialdad.
Sus respingos y sollozos a causa del mal sueño desaparecieron y consiguió volver a caer en un letargo profundo que le duró hasta el amanecer, más el abatimiento solo le abandonó a totalidad cuando sus soñolientos ojos se abrieron a la luz de la mañana que ingresaba por la ventana y al darse vuelta en la cama se encontraron sin esperárselo de frente a otros azules... Azules y humanos... los más azules e impresionantes que viera en su vida y que parecieron alarmarse por igual en ese momento en fiel reflejo de su propia expresión.
Transcurridos unos segundos de incredulidad, Kat casi sin aliento se sentó de sopetón y su acompañante extrañado también la imitó.
-¿Qué pasa Kat?- preguntó alarmado estudiando su bonita cara boquiabierta y al instante él mismo encontró la respuesta al notar la tonalidad diferente de su propia voz. Casper se miró entonces el cuerpo, encontrándolo con sorpresa sólido y para comprobar que no lo engañaba la vista se tocó de inmediato los brazos, el pecho, las piernas. Se encontraba vistiendo la misma ropa que llevara en la fiesta, la misma vestimenta con la que posiblemente le habían sepultado y agradeció en esos instantes al universo, entre muchísimas cosas a la vez, que la máquina no le hubiera regresado desnudo o de lo contrario el impacto para su pobre Kat hubiese sido peor. Comenzó de tal manera enseguida a reír, a reír a carcajadas, de los nervios y así mismo de la felicidad, hasta que los ojos se le llenaron de lágrimas en tanto ella impávida lo observaba; y por último lleno de agradecimiento, sin medirse en lo que estaba haciendo de la dicha, se le abalanzó encima a abrazarla, ya que era la responsable de volver realidad su mayor sueño.
-¡Kat!-
Ella no solamente había reanimado su corazón provocando que volviera a latir después de casi un siglo, sino que había hecho posible su regreso a la vida.
Kat profirió un pequeño grito al verse sorprendida por el súbito y fuerte abrazo que la tumbó para atrás en la cama y los hizo al final resbalar a ambos hacia el suelo con todo y edredón.
-¡Casper...¿qué está pasando? ¿Esto es real? ¿Eres tú?!- ella logró articular con el corazón pareciéndole latir a mil por hora, algo acrecentado por el montón de besos con los que él cubría entonces toda su cara a causa de la emoción y la gratitud.
-¡Soy real de nuevo Kat!, ¡Lo soy gracias a ti que lo hiciste posible!- él atlético chico rubio de tal modo, se levantó jubiloso de un brinco abriendo los brazos para ella como un actor, para mostrarle la magia que había logrado -¡Estoy vivo de nuevo, estoy vivo!- exclamó mirándola y mirando también hacia arriba, como si a través del techo pudiese observar el cielo.
Kat lo miraba en tanto todavía desde el suelo, empijamada, embelesada, media incrédula y con las mejillas encendidas a causa de su impetuoso accionar, mientras él dejando su alegría a un lado por unos segundos volvió a centrar toda su atención en ella para ayudarla despacio a levantar.
Para Kat aquel momento fue más maravillo y memorable que inclusive el de los besos que con anterioridad de sorpresa le propinara. Volver a sentir la calidez de sus manos apretando las suyas, cuando con cortesía se las extendiera para luego halarla con su vigorosidad juvenil hacia arriba, le ocasionó un estremecimiento de dicha que completó al verse reflejada en su mirada zafírea cargada de intensidad. Fue un instante de dicha tan perfecto que ni siquiera el tener que torpemente desenredar las piernas del revoltijo de cobijas que su alrededor se formó, pudo opacarle.
El trinar de pajaritos, sin embargo, cantando de lo más alegres a la mañana en los árboles del jardín, le hizo desviar la vista al renacido Casper hacia la ventana e inquieto como un ser de otro mundo que estuviese maravillado con las cosas que descubriera en la Tierra, decidió que era tiempo de explorar los alrededores de su casa con su nueva humanidad.
-¡Hay que salir!- propuso entusiasmado y sin esperarle siquiera a que ella aceptara, brincando incluso por encima de la cama cual niño travieso, corrió hacia el pasillo.
-¡Casper espera, voy contigo!- ella exclamó aturdida, colocándose con rapidez las pantuflas y atinando solo a agarrar un par de chaquetas que dejara colgando del respaldar de una silla en medio de su desordenada habitación de adolescente, previo a seguirlo.
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Continuará...
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PEDIRÉ UN DESEO POR TI
FanfictionEn la noche de la fiesta de Halloween, Kat deseó estar por siempre junto a su mejor amigo... y poco después se le ocurrió una manera científica de conseguir lograrlo en realidad, de traerlo de regreso a la vida. (Una historia inspirada en la pelíc...