Parte 15: No olvides

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- No olvides quién es Sasuke Uchiha. 


No he dejado de pensar en esas palabras. Escucho su dulce voz en mi cabeza repitiendo esa frase una y otra vez. 

En parte porque debido a que cambié ella se fue. 

Fue mi culpa, jamás debí dudar de ella y eso solo pasó porque me convertí en la clase de persona que aborrezco. 

Todavía no entiendo cómo fue que me convertí en alguien así. Pero también comprendo que ella jamás me dejó, siempre estuvo luchando porque abriera mis ojos. 

Es irónico que para abrir mis ojos ella haya tenido que desaparecer. No puedo verla a pesar de que ahora tengo los ojos abiertos. Pero seguiré su consejo, no olvidaré quién soy. 

Gracias a ella he recuperado a mi hermano y a nuestros amigos, sin embargo, la he perdido. Aun así, seguiré luchando, por ella y por mí. Por sostener el amor que siento por ella, lo que me da fuerzas para seguir. Un sentimiento que nunca había sentido, hasta conocerla. 

Ahora mismo son las 8 de la tarde, ya serán pasadas, me encuentro en el parque, haciendo un poco de deporte mientras los rayos del atardecer iluminan todo. Allí a donde mire siempre lo veo. 

Las parejas felices demostrándose cuanto se aman. 

En el banco, en la fuente, en el césped. 

Todo me recuerda a ella. 

Llevo más de hora y media corriendo, bajo el ritmo y voy caminando hasta la fuente. Solo descansaré, daré un trago al agua fresquita y seguiré corriendo a la vez que pienso lo tonto que fui. 

***

Sasuke se agachó para beber de la fuente. Pulsó el botón y el chorro de agua fría acarició sus labios humedeciéndolos. Estaba a punto de beber cuando una voz lo interrumpió. 

- No deberías beber agua, no es buena cuando haces ejercicio, solo lograrás cansarte más. 

*** Sasuke *** 

No podía ser posible, esa voz... Seguro que era mi imaginación, una mala jugada de mis sentidos para recordarme que ella no se encontraba conmigo o por el cansancio del ejercicio. 

Pero había algo, mi corazón estaba latiendo a mil por hora, quería salirse de mi pecho. La adrenalina recorría todo mi cuerpo. Hacía tiempo que no me sentía así, que no sentía mi corazón latir de esta manera, que las esperanzas de verla no eran tan grandes. 

Hacía tiempo que no me sentía tan vivo. Tan vivo como cuando estaba con ella. 

Solté el botón de la fuente y el agua dejó de fluir. Aún estando agachado miré hacia el suelo, la parte que rodeaba la fuente y ahí vi unas bonitas zapatillas deportivas. 

Unas que ya había visto, pero mucha gente las podía tener igual. 

Mi corazón seguía bombeando la sangre rápidamente por todo mi cuerpo, la sensación es abrumadora, pero a pesar de eso no dejo de levantar mi mirada. Ahora veo las piernas de esa mujer, pues se notan que es de mujer, tan finas, tan bonitas y torneadas por el ejercicio. Sigo subiendo y puedo encontrarme con esos shorts de deporte de color blancos y una camiseta de tirantes de color morado, ajustada que demostraban el buen cuerpo de esa persona. Tenía una mano en su cadera, una pose que la hacía ver linda. Pero todavía me quedaba ver el rostro de esa persona, por algún motivo no quería verle la cara. 

¿Miedo? 

Creo que ese es el sentimiento que describiría lo que siento en este momento. Miedo a mirar la cara de esa chica y saber que no es ella. Miedo por haberme hecho ilusiones y que todas acaben en un segundo. Sin embargo, no podía quedarme con las ganas de saber quién era. Así que me fui irguiendo lentamente para ver la cara de esa chica. 

Mi entrenadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora