Capítulo 5 - Pijamada de divorciados

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Jackson era malévolo. Sabía perfectamente que habían escondido un gato en la habitación y le divertía escuchar sus absurdas escusas. Sonrió de lado, creando un plan en su mente que les enseñaría que no debían burlarse de él.

—Pues...si tanta intimidad desean, cerraré con llave.— Jackson pasó su tarjetita por un sensor y la puerta quedó bloqueada.

—¡¿Qué?!— Gritó Yoongi y el pomo de la puerta giró de lado a lado sin dar señales de funcionar. —¿Porque no podemos abrir desde adentro?.

—Oh, seguridad. Solo mi tarjeta puede abrir esta habitación por está noche. Aveces me he encontrado con algunos ladrones y es más útil encerrarlos hasta que lleguen las autoridades. —Jackson emitió una risita falsa.
—Disfruten sus juegos para adultos, señores.— Guardó la tarjeta y se marchó por el pasillo con una enorme sonrisa estirando sus labios.

—¡Hey! ¡Jackson!— Gritó Jimin y golpeó con violencia la puerta, pateandola. —Maldita sea.

—¡Ay! ¡Gato del demonio!— Aulló Seokjin y pronto el gatito salió corriendo por el umbral del baño en dirección a Taehyung.

Namjoon se acercó rápidamente y encontró a Seokjin con sus dedos de la mano izquierda apretando el dorso de su mano derecha. Sus regordetes labios emitiendo quejidos y sus preciosos ojos brillando con lágrimas contenidas.

Seokjin notó su presencia y se giró, carraspeando. —Estoy bien. N-No es nada.

Namjoon cerró la puerta escuchando en la habitación las quejas de Yoongi y se acercó dubitativo. —No diré nada al respecto. —Susurró, refiriéndose a las lágrimas contenidas del profesor.

Seokjin no necesito nada más y se giró, liberando sus lágrimas. —¡Ese gato está tan loco como su dueño! ¡Me lastimó horrible y todo por dejar que se quedarán aquí!

Namjoon apretó los labios, pensando que se refería a todos ellos. Seokjin se percató de inmediato y movió el rostro de lado a lado, negando, sus gorditas mejillas temblando adorablemente. —¡No me refiero a tí! ¡Yo quería que te quedarás aquí! B-Bueno, aún quiero.

Namjoon sonrió de lado y asintió, entonces abrió el pequeño gabinete pegado a la pared con una cruz roja pintada en el centro. Después escogió una pequeña curita y unos paños húmedos.

—¿P-Puedo?— Preguntó avergonzado. Sus mejillas rojas mientras Seokjin prácticamente pegaba sus manos a las suyas.

—¡Claro que puedes! ¡Mira! ¡Son estás!— Seokjin respiró algo agitado y río nervioso.

Namjoon sujetó con cuidado su mano derecha y la acercó a sus labios. Sopló suavemente después de pasar suavemente el pañito por las heridas y dejó un beso en el dorso de su mano.

Seokjin enrojeció y pareció que por un instante iba a desmayarse. Namjoon se inclinó y Jin se acercó inconscientemente, detallando los regordetes labios que formaban una trompita mientras soplaban.

Finalmente, Namjoon atrapó entre sus dientes un extremo removible de la curita y jaló, después la acercó y deslizó su pulgar por toda la superficie, frotandola y pegándola. La curita tenía adorables corazones azules y Seokjin sintió que era un detalle jodidamente especial, porqué fué su querido moreno tímido quién la había colocado.

Fué entonces que Namjoon elevó la mirada, enrojeciendo por completo, insconciente de su apariencia sensual y capaz de robar corazones. —U-Uh... Seokjin estás muy cerca...

—¿Te molesta?— Preguntó Seokjin, inclinándose con coquetería.

Namjoon tragó, su manzana de Adán moviéndose. —Mmm no.

Hotel para Divorciados - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora