Fiestas, drogas, alcohol, sexo

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Narra Abby:

Estuve dandole vueltas al tema de como hacer que Kyle caiga en mis redes y que narices podía ocultar hasta que di con una solución para la primera cuestión.

—¿Sabes qué es hora de hacer?—le dije a Amber con una sonrisa cómplice.

—Creo que ya sé por donde vas, sí señor...¿Empieza por 'F' y acaba en 'iesta'?—contestó con otra sonrisa de oreja a oreja.

—Ahí te he visto, mi casa está sola durante mucho tiempo, creo que haré dos fiestas al mes.—guiñé un ojo y solté una risita.—Alcohol, drogas, sexo, música... Me hace falta, mucha falta, y no hay una manera mejor de empezar el curso ¿no?

—Y a mi, no echo un buen polvo desde hace semanas, necesito sentirme viva.—carcajeó y yo me reí con ella.—¿A quién me tiro? Dime alguien y apostamos para ver si cae.—se va a cagar esta, no va a conseguir a quien voy a decir ni de coña.

—A Sam.—contesté.— Otros cien a que no lo consigues.

—Ya me los puedes ir dando.

Seguro que estáis pensando en qué dicen estás locas, pareces gorilas sin cerebro apostando por quien se tira a quién pero así somos, chicas con las cosas claras que disfrutan mucho de lo que son libres de hacer con sus cuerpos y vidas, y a quién le joda o le parezca de guarra aprovechar ese tipo de cosas de la vida, que se joda.

Fuimos directas a la cafetería y me dirigí a nuestra mesa del medio.
Yo iba con un megáfono en la mano, cosa que solo llevaba cuando tenía que anunciar una fiesta en mi casa o para humillar a alguien que me había tocado los ovarios delante de todo el mundo.

Se sabía que cuando lo llevaba, podía ser o la mejor noche de sus vidas o para alguno, el peor día de su vida.

Me subí a nuestra mesa, encendí el megáfono y grité:

—¡Atención a todos, callaos y dejad vuestra comida en vuestra puta bandeja que lo que voy a decir es más importante que poneos gordos!—rieron por el comentario.—¡Hoy, en mi casa, fiesta, a partir de las 21:00! ¡No faltéis, que venga quien le salga de los cojones y traed condones, que yo no voy a dejaros ni uno!
—y ahí todo el mundo empezó a gritar y reír sin parar. Les encanta que monte fiestas, son las mejores de toda la ciudad y una liberación para más de uno.

Bajé de la mesa y me senté entre Amber y Sam.

—¿Venís todos no?—dije algo obvio.

—¿Tú que crees?—dijeron sonriendo de oreja a oreja y al unísono Sam y James.

—Y tú.-dije señalando al nuevo—em..joder— por muy bueno que esté soy pésima para los nombres de la gente, y ya para los cumpleaños...

—Kyle.—dijo molesto.

—Eso, Kyle, ven si te apetece.

—Joder, ¡qué ganas de follar!—gritó Amber creyéndose que se lo había dicho para sí misma, pero no.

Al principio todos se quedaron con los ojos como platos por el comentario pero al segundo se empezaron a partir de risa. Para no.
Y bueno, Amber estaba como un puto tomate.
He de decir que todos en nuestro grupo nos llevamos genial, somos muy buenos amigos pero más de una vez ha habido tensión sexual entre alguno de nosotros pero lo bueno es que se soluciona esa tensión y seguimos igual que siempre.

—Bueno chicos, nos vamos a prepararnos.—Nos quedaban 3 clases aún, pero no había ganas de ir.—Todos vosotros a las ocho en mi casa.—siempre venían antes para ayudarme a organizar.

—¡Hasta luego, ninfómanas!—gritó el idiota de Sam.

—¡Adiós capullo!—dijimos Amber y yo al unísono.

Va a ser una gran noche de viernes.
A por las droga y alcohol.
Nos harán falta.

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En multimedia está Amber.

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