Narra Abby:
Amber y yo empezamos a servirnos copas. Y muy seguidas. Y para colmo, nos estábamos fumando un porro. Poco a poco fue viniendo más y más gente.
Al principio de la fiesta vi a Amber charlar con Kyle, cosa que me extrañó pero dejé pasar porque una vez que gane mi apuesta, puede ser todo suyo. No me importa.
—¡Juguemos a algo!—dijo Amber con una sonrisilla de borracha. O de fumada perdida.
—¿A qué quieres jugar señorita?—respondió Sam con la misma sonrisa que ella.
Me iba a ganar la apuesta, lo sé.
—A...botella.—todos asintieron, tenían ganas de pillar por lo menos un lio esta noche. A mi este juego me parecía un poco aburrido, pero voy a intentar que gracias a él surja la chispa para que Kyle y yo nos vayamos a la cama de una vez.
Amber seguramente había tenido la misma idea respecto a Sam.Y empezamos a jugar.
Yo estaba entre Tom y Parker y enfrente mía estaba el sexy Kyle, que me miraba desafiante pero con un poco de deseo.
Me había liado con todos excepto con uno.
Kyle.
Joder destino, ¿por qué no me dejasprobar esos apetecibles labios rosados?
¿Qué coño? ¿Había pensado yo eso? La madre que me parió. Tengo que tomar otra copa.
Lo peor es que nosotros jugábamos de una manera... Distinta se podría decir.
Primero nos dabamos piquitos para ir calentando el ambiente, luego besos de una duración -en teoría- de 10 segundos o así y luego cuando ya nos habíamos besado todos con todos, teníamos que estar
20 minutos en una habitación con alguien -en los cuales tu podías hacer lo que quisieses-.Como se veía que no me tocaba con Kyle, lo dejaron pasar.
Y empezamos con lo caliente. Los 20 minutos en el paraíso.Lo más gracioso es que nos tocó a mi y a Kyle a la primera.
—Me vas a tener que pagar, señorita.—susurré a Amber.
-Que te jodan, A.—dijo jodida Amber.—Aunque ya lo veremos.Solté una carcajada y agarré a Kyle de la mano para que me siguiese hasta el piso de arriba.
Abrí la puerta de mi cuarto y cerré.
Iba ya bastante borracha.
—¿Qué quieres que hagamos, nuevito?—le dije con voz melosa. Que ganas tenía de echarle un polvo.
—Hablar, ¿qué pensabas?—dijo con un tonito de superioridad.—¿Pensabas que quería follarte? Estás muy equivocada, ya te lo dije, no eres para tanto.
Ignoro lo que dice.
—Ah...¿no?—me acerqué poco a poco y me quedé a muy pocos centímetros de su boca.—¿No quieres besarme ahora mismo?—notaba su respiración agitada, y eso me ponía, al igual que a él. Su amiguito se había despertado.
—No.—dijo rotundo y algo forzado.—Ya te he dicho que no todos quieren contigo.—dicho esto me aparta.
—¿Siempre te dan lo que quieres no? Pues de mí no lo tendrás, no voy a darte el lujo de ganar esa apuesta que tienes con Amber. Me das mucha pena, Abby. Quieres la atención de todos y que te den lo que te de la gana, y así no son las cosas, bonita.—dijo finalmente.Me había quedado boquiabierta. Pero no me iba a quedar callada ni de coña.
—Con que sabes lo de la apuesta eh... Si, es verdad, siempre me tienen que dar lo que quiero, no te digo que no...¿pero darte pena? Lo que te doy es otra cosa, pero pena ninguna. ¿Crees que no te vi la cara cuando me viste la primera vez? Esa cara sería de todo menos de pena, bonito.—me había quedado sin aire pero lo recuperé y continue.—Y, si quieres, puedes seguir haciéndote el duro, pero vas a caer, todos lo hacen. Tú no vas a ser la excepción.
Miró una foto de mis padres que había en la habitación y dijo:
—Tus padres te han criado muy mal, fatal. No entiendo como puedes ser así de desagradecida. Tienen que estar hasta los huevos de tener una hija como tú.— ha encontrado mi jodido punto débil.—En mi vida querría estar con alguien como tú.
Sin quererlo, mis ojos de cristalizaron. Y toda la mierda que tenía dentro de mí salió de nuevo, me sentía como hace tres años.
Echa una jodida mierda.
—Vete.—dije aguantando las lágrimas.—¡Qué te vayas, joder!
—No te gustan las verd...—se mostró arrepentido en cuanto me vio casi llorando y paro de hablar en seco.—Abby, no pretendía herirte, lo sien...
—¿¡Qué no pretendías herirme!?— le interrumpo.—No me jodas Kyle, vete de una puta vez y déjame sola. No vuelvas a acercarte a mi en toda tu mierda de vida.
En ese momento se fue, entendiendo que la había cagado.
Empecé a llorar como una loca olvidándome de mi promesa de que nunca más volvería a llorar, con la música de fondo y los recuerdos golpeándome la mente.

ESTÁS LEYENDO
Error
Fiksi RemajaAbby Schneider es la típica chica que es conocida por toda la ciudad simplemente por el echo de, aparte de ser jodidamente sexy, es la chica mala del instituto y de ésta. Es problemática y falta la mayoría de las veces a clases por absoluta vaguería...