XI Estoy seguro

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La visita con su madre no resultó como pensaba, la tristeza que sentía debido a su situación pareciese que no importara mientras sonriesen y el le confesara sus secretos mejor guardados. Aquella conexión emocional que sentía con su progenitora, jamás se había sentido tan genuina, tan preciosa como en ese momento, tanto que apenas se había percatado de todo el apoyo y amor incondicional que recibía por parte de ella. Le pesaba un poco no haberse dado cuenta antes, todo por estar ocupado en sus asuntos. Incluso aveces solía dudar de la existencia de ese amor, pero ella le sacó de esa casa en el momento preciso, pues no había razón por qué volver y como su cordura se lo permitió, ella vió por su bien y el de sus hermanos.

Dispuesto a regresar, se despidió de su madre después de una larga y placentera charla. Salió del hospital, en eso se acordó de RenJun, era casi inevitable, porque gran parte del día solo podía pensar en su chino bonito. Y no quería dejarle preocupado, así que sacó su celular para hacerle saber que pronto regresaría a la institución, pues ya eran las siete de la noche y la oscuridad comenzaba a predominar por las calles.

-Hola.- Contestó el teléfono.

-Solo quería avisarte que ya voy de regreso, no quiero preocuparte. Ya es de noche.-

-Fue justo a tiempo, porque ya estaba a punto de llamarte. Las calles de esta ciudad por la noche pueden ser muy peligrosas.-

-Descuida, cuidaré de mi mismo. ¿Y quieres que te lleve algo de comer?-

-Mmmm Trae unos cuantos snacks, te pagaré llegando.-

-Injunnie...Yo lo estoy invitando, pagaré con mi propio dinero. Tampoco es que sea un gran gasto para mí.-

-Como quieras, pero porfavor, vete con cuidado. ¿Si?-

-Lo haré Injunnie. Nos vemos.- Después de eso, el coreano colgó el teléfono.

Justo cuando las cosas pareciesen ir con normalidad, escuchó pasos detrás suyo. Si lo iban a asaltar, es porque ya tenia una pésima suerte.

-Que sorpresa Haechan, no estabas muerto después de todo. Fué un error que pusieras un pié de nuevo el Ahyeon-dong.- Una voz bien conocida se interpuso en su camino.

Eso era peor que un asaltó y estaba que se lo llevaba el carajo. No era ninguna una sorpresa, ellos le siguieron hasta allí y todavía fueron los suficientemente pacientes como para esperar las horas para intersectarlo. Se trataba de DoYoung y podía imaginar lo peor de el, puesto que desde el día que le conoció, supo que era un tipo que debía tomarse muy en serio. Por supuesto tenía compañía, no era un estúpido como para enfrentarse a Haechan solo, porque a pensar de su corta edad y baja estatura, era hábil a la hora de enfrentarse cuerpo a cuerpo e incluso armado. Johnny y JaeHyun eran tan solo una parte de sus acompañantes, pero ellos eran perfectos para forzar al menor a entrar al auto.

-¿Que putas es lo que quieres?- Cuestionó Haechan, que a decir verdad estaba algo aterrado, las intenciones de DoYoung eran impredecibles.

-Sigues siendo un rompe bolas, mocoso... Pero te conviene no serlo conmigo, la verdad es que nunca me agradaste. ¿Sabes lo que eso significa? Ya no tenemos nada que ver, pero tú y el puto cobarde de TaeYong están en deuda conmigo. Ahora soy el que manda en esto y me temo que vas a tener que venir con nosotros un momento, lo quieras o no.- Habló DoYoung de una forma amenazante.

-¿Y cuánto es un momento para ti?- Preguntó Haechan.

-No estás en posición de exigirme un tiempo preciso, vas a tener que quedarte el tiempo que sea necesario.- Declaró de forma imponente DoYoung.

-Pedazo de mierda, por eso te trataba como lo que eres...- Insultó el menor.

Los otros dos ante tal ofensa, no dudaron en tomar por la fuerza Haechan, solo para hacerle entrar a la vieja camioneta que estaba justo detrás de ellos. Cosa que puso a la defensiva al mencionado, pues intentó soltarse de su agarre.

GANG GUY: RenhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora