I ¿Debería considerarlo?

895 70 9
                                    

Los ojos de DongHyuck eran incrédulos, perturbando un poco a los presentes que no hacían mas que mirarlo cínicos ante la indignación del menor. Para el no sería la primera vez que sorprendiera a sus mayores, era conocido en su barrio y pobre del individuo que se atreviera a engañarlo como si fuera un simple novato, un muchacho que pudieran estafar con pequeñeces.

—¡Vamos Haechan! Lo robé de un laboratorio respetable, puedo asegurar que es lo que me pediste... ¿No confías en mi?— Dijo TaeYong intentando defenderse.

DongHyuck rodó los ojos como típicamente lo hacia, aquel gesto solía causar enojo a algunos, a otros un poco de risa.

—¿Quien confiaría en ti imbécil? Incluso tu jefe está buscando el momento preciso para meterte una bala por el culo por expolvorearte la nariz con la mercancía que deberías estar vendiendo. ¿O vas a negarmelo?—

TaeYong tragó en seco, intentaba no delatar su culpabilidad ante el menor.

—¿A quien le dices imbécil? Sabes bien que si no fuera por mi estarías sacando comida podrida del basurero. Habla como debes a tus mayores, niño.—

—Lo sé Tae, siempre estaré agradecido por eso. Pero este niño lleva las cuentas de tus trabajitos, sabe como hundirte en la mierda y como salvarte el trasero cada que cometes una estupidez... ¿Acaso no es suficiente para ti? Si no fuera por este niño, exactamente este día iría a visitar tu tumba y no estaría discutiendo por esto contigo.—

Los ojos del mayor se cristalizaron de rabia, su pequeño compañero no mentía, DongHyuck era la razón por la cual estaban vivos y libres.

Entonces continuó DongHyuck. — ¿Sabes lo que mi madre lo necesita, no? Pero tu me traes esta mierda que sabrá dios que sea... Si yo tuviera tu cabeza probablemente ella moriría de alguna mala reacción al medicamento, o quizá su situación empeoraría. Creeme Tae, una persona promedio sabe lo delicadas que son las medicaciones, sobre todo cuando se usan para tratar fibras sensibles de la mente.—

TaeYong antes que aceptar su culpa, como era común en el, arrojó la caja entera de píldoras a los pies del menor con un gesto de desprecio.

—Si no le sirven no se las des, pero llevate esa porquería de aquí y largate. No tienes que pagarme...—

DongHyuck no pudo evitar reír, era típico que su compañero fuera un orgulloso irresponsable, pero esa vez rebasó el límite de nuevo, estaba harto de el.

—No me voy a llevar la porquería que TU en primer lugar, trajiste. ¿Y en serio esperabas que te pagara por casi envenenar a mi madre? Eres el rey de los pendejos TaeYong, no confío más en ti desde hace tiempo. Y no cuentes conmigo porque no te debo nada ya, a partir de hoy tendrás que levantar tu propio trasero y el de esos imbéciles tu solo.—Dijo señalando a los presentes y continuó.

—Si sigo contigo soy hombre muerto, lo sabes y no te importa nada. En verdad pediré por ti hermano, no quiero que un día tenga que ir a consolar a tu pobre madre.— Terminó de decir el menor.

DongHyuck se dio media vuelta y caminó fuera del callejón sucio donde se encontraba TaeYong. Era definitivo, no podría seguir ayudando al mayor a sobrevivir, si se trataba de poner en riego su propio pellejo sería una locura, pues no quería morir tan joven y dejar a su familia desamparada.

(...)

DongHyuck decidió ese día no llegar a casa, su madre había tenido un episodio psicótico la noche anterior y se encontraba internada, sus hermanos se quedarían con su tía, pues ella no le confiaba a estos. Prácticamente se las arreglaba para conseguir dinero y poder pagar los gastos del hospital, las terapias y medicación que aveces tenia que conseguir por medios ilegales. Aveces estaba harto de tener que hacer todo eso, quería morirse, pero también quería vivir, pero vivir lo que debería un chico de su edad. A el no le costaba mucho trabajo conseguir dinero, bien sabía la gente que era un chico astuto y le respetaban bastante pese a que no todo lo que hacia eran cosas moralmente correctas. El era una buena persona, a pesar de todo.

DongHyuck divagando por su mente, se topó con la casa de un viejo amigo, y decidió tocar a su puerta.

—¡Haechaaan! Cuanto tiempo sin verte, vaya que has crecido, eres todo un galán hermano...—Dijo el rubio abrazando euforicamente a su amigo.—

Haechan correspondió aquel abrazo y sonrió sinceramente.

—Ha pasado mucho tiempo Makku ¿Como te encuentras?—

Antes de que el rubio pudiera contestar, el menor al separarse de este se percató de lo hinchados que se encontraban los ojos de su amigo y la sonrisa pacifica que formaban sus labios.

—Yo estoy bien hermano. ¿Tu como te encuentras? ¿Como está tu mamá?—

—Ella está bien... Yo supongo que también.— DongHyuck sonrió con un poco de dolor. 

—Oye... Si no quieres decirlo está bien hermano. Ven, puedes pasar, está haciendo un frío de la mierda.—

Mark invitó a pasar al menor y después de sentarlo en su sala, minutos mas tarde llevó una olla de ramyeon caliente con dos tazones.

—Es tu favorito, eres un chico afortunado por venir hoy. Con confianza, puedes comer todo lo que gustes.— Dijo Mark revolviendo el cabello de su amigo.

—Makku... ¿Estás pacheco?— Preguntó juguetonamente el menor aunque sabia la obvia respuesta.

—Hey mocoso, lo que se ve no se pregunta. — El mayor contestó bromeado.

Los dos chicos bromearon felizmente una hora, hasta que DongHyuck se recostó en el suelo junto a su viejo amigo.

—¿Me puedes dar un poco?— Preguntó el menor haciendo que el contrario se carcajeara.—

—Haechan, hermano... Sabes que si, solo porque te veo mas contento ahora.—

El mayor sonrió y sacó la hierba junto al tapón de un bolígrafo, para proceder con el pedido de DongHyuck.

DongHyuck hizo lo que tenía que hacer y dio cuatro caladas, se tomó su tiempo para hacerlo y al final se tiró al suelo recostándose, ambos amigos se miraron con complicidad y el mayor habló.

—Donghyuck...—

—¿DongHyuck? Es raro que me llames por mi nombre real.

—Hermano, eso es lo que eres para mi y quiero hablar en serio.—

—Bueno, supongo que solo contigo puedo hablar en serio. Lo digo de verdad.—

—DongHyuck, se que eres alguien que nunca se sentirá avergonzado de quien es, de donde viene, de todo lo que ha vivido.—Con esto el menor bajó la mirada, quería escuchar a Mark atentamente, pues sus palabras eran una cura para su ser.

Continuó el mayor. —Pero yo se que puedes aspirar a algo más, eres un genio y podrías llegar muy lejos sin la necesidad de hacer todo esto. Por dios, eres la persona mas inteligente y noble que conozco, no sabes el gusto que me daría verte realizarte. Este lugar no es para ti.—

—No es para nadie Makku... Pero de algún modo me alientas, lo digo en serio. —Respondió DongHyuck con el corazón conmovido.

—Lo sé. Pero es decir, tienes una facilidad increíble para poder hacerlo, ¿No has pensado en tratar de conseguir una beca o algo así? Sin duda te la darían.—

—Lo pensaré Makku...—El menor respondió dudoso. Con ya un poco de sueño.

Y así los dos viejos amigos guardaron silencio, hasta quedar profundamente dormidos en la pequeña pero cálida sala de Mark.

¿Debería considerarlo? Se cuestionó DongHyuck entre sueños. Después de todo, tenia mucho que perder ya

GANG GUY: RenhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora