Karakuri Burst

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En la gran ciudad de Ichigozaka había una organización criminal causando terror, Las Camelias Carmesí.

Dirigida por la señorita Haruno Haruka, las Camelias Carmesí eran una organización conformada en su mayoría por mujeres y considerada la mafia más poderosa de todo el continente. Había multitud de sicarios y doctores, además de la jefa indiscutible y su asistente. Su tecnología iba más de treinta y cinco años luz adelante de la que encontrarías en el Pentágono o cualquier sistema de defensa de última generación inclusive, con armas de fuego y químicas que traficaban por sumas altísimas a criminales menos importantes en comparación. Todos los miembros usaban nombres en código, siendo "Flora" el nombre de la jefa.

Ahora, la sicaria más fuerte y considerada la mejor de todas siempre fue Lumiere. Ella había sido entrenada desde que tenía trece años de edad, logrando hazañas como manipular una espada con una mano y una pistola en la otra.

Era una persona implacable y sanguinaria, sin ninguna clase de compasión u oposición a las órdenes recibidas por Haruno. Entre risas, Haruka y su asistente, Love Momozono, solían reírse y hablar de ella como una marioneta mecánica y automatizada.

Su juguete. Quién haría todo lo que ellas le dijeran sin siquiera sugerir alguna queja u objeción. Eso era ella al final del día, una muñeca rota que sólo sirve para matar.

Ahora, no puede existir oscuridad sin luz, ni tampoco maldad sin un bien que le dé batalla, pues había un equipo de agentes creados para combatir a las Camelias.

Los Cazadores eran un grupo designado como  "Las Fuerzas del Orden" de la ciudad de Ichigozaka, cuyos miembros eran llamados "Agentes". Eran avanzados al igual que sus enemigos, pero en lugar de armas de fuego, los agentes eran equipados con espadas y entrenados en el combate cuerpo a cuerpo. Era parte de la ética, ser diferentes a sus rivales.

Después de todo, en teoría eran "Los Buenos" y las Camelias "Los Malos", ¿No es cierto?

Entonces, los agentes de las Fuerzas del Orden eran muchos más en número que sus rivales, con un departamento de inteligencia de eficiencia comparable también. Era un combate demasiado parejo. No se sabe quién va a ganar cuando esta nueva obra tenga un final, pero todos rezan porque el verdadero bueno de la película gane la batalla.

Los Cazadores no eran tan santos como uno creería en realidad, ¿Quién es cien por ciento bueno en esta vida? Ni siquiera quienes dicen ser el único bien.

Noir parecía ser la prueba de que estar en el equipo de los buenos no te hace una persona pura.

Siendo cruel y rencoroso, muchos de los demás agentes lo consideraban el más eficiente de todos porque literalmente actuaba bajo el patrón de: criminal que veía, criminal que se jodía. Sin ningún tipo de excepción.

La mayoría de los agentes habían tenido la oportunidad de ver y pelear con una Camelia, por lo menos con una o un componente de esa organización, pero él tenía el récord. Había vencido a nueve Camelias y contando correctamente.

Algo interesante que todos en los Cazadores solían usar como broma era que Noir tenía las mismas cicatrices que la Camelia estrella, Lumiere. Los dos habían perdido un ojo, ella el derecho, él ya no tenía el ojo izquierdo, además de la misma cicatriz en medio de la cara. Una keloid muy visible pero que simplemente era una herida de espada en medio de la cara. La única diferencia era que la de Noir iba hacia arriba y la de Lumiere hacia abajo. Muchos de los agentes solían molestarlo con eso hasta que en un momento estalló y terminaron en una sanción disciplinaria y tres imbéciles en la enfermería.

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