Humano

Cap 22: Temporal

Gina se levantó temprano una vez más, limpió un poco más la casa y salió a comprar algunos alimentos para el desayuno en una tienda cercana antes de que llegara Clementine. Odiaría molestarla de nuevo con otro 'incidente. Temía especialmente que el incidente de ayer dejara una mala impresión en ella; odiaría arruinar la oportunidad de Steven de reunirse con sus abuelos.

Pensando en Steven, se había dado cuenta de que actuaba de manera diferente desde que lo dejó solo con Clementine el día anterior. Aún podía sentir su profunda mirada penetrando en su cuello incluso al día siguiente. Cada vez que ella intentaba mirarlo, él siempre lo miraba a los ojos, enrojeciendo sus mejillas de inmediato.

Ella esperaba profundamente que estos sentimientos desaparecieran, pero cuanto más se quedaba con Steven, más grandes se volvían estos sentimientos. Se estaba volviendo más difícil mantenerse a raya, especialmente siendo esta su primera experiencia con tales sentimientos. Pero alguien tenía que asumir el papel maduro y pensar con frialdad sobre la situación.

Por suerte para ella, la caminata la estaba ayudando a relajarse. Era temprano y había personas que caminaban hacia sus trabajos, escuelas y hacían recados. El aire fresco y el cambio de ambiente calmaban sus pensamientos. Todos parecían tan felices con su vida normal, viviendo cada día con tranquilidad. Por alguna razón, Spinel sintió la paz imaginando formar parte de una vida tan repetitiva y tranquila como la de ellos.

Se concentró en su entorno, memorizando cada detalle de la calle. Muchos niños y adolescentes todavía caminaban hacia las escuelas dando a la calle un ambiente animado. Grupos de amigos charlando, hermanos guiándose de camino a la escuela y parejas jóvenes tomándose de la mano. Parejas que siempre se miraban con amor puro, miradas tímidas y rostros ruborizados.

 Spinel vio cómo se robaban nerviosos fugases besos, viviendo cada interacción que tenían al máximo. Le recordó esas historias sobre su infancia que Steven le contó en el camino. Spinel imaginó a Steven tan aturdido y nervioso como ellos, era una imagen encantadora. Ella les sonrió con cariño. Si tenían suerte, esos niños crecerían juntos y vivirían en una bonita casa, formando una linda familia.

Como si viviera con Steven. El corazón de Spinel se aceleró cuando estos pensamientos llegaron a su cabeza. Estas últimas semanas con Steven fueron las más felices que había estado en años. Sus largas charlas por la noche, sus sesiones de baile, ir a lugares de reunión, solo su presencia calentaba su duro corazón. Se sentía difícil de describir, una felicidad de tipo tan primitiva pero tan frágil. No podía esperar para comprar lo que necesitaba y regresar a su casa para cocinarle el desayuno.

Miró a los niños más pequeños, eran tan pequeños y tontitos, era difícil creer que estos niños crecieran hasta convertirse en adultos, era aún más difícil para ella visualizar a Steven como uno de estos niños. Parecía tan avergonzado cuando le contó algunas de sus historias de la infancia. Ella soltó una risita recordando su nervioso tartamudeo. Ella recordó especialmente la historia que él le contó sobre cómo quedó atrapado en una de sus burbujas el día que se conoció ...

A Connie. Ese nombre se le escapó de la lengua dejando un sabor amargo. Sabía que no era culpa de la chica, después de todo, ella era la que se enamoraba de su novio. Pero eso no significaba que escuchar su nombre no la lastimara constantemente. Era un recordatorio de su situación real, de lo egoísta y cobarde que estaba actuando al vivir en una mentira tan vacía.