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Al llegar a su casa, prendió la luz de la cocina y se tiró sobre el sillón.

—–Maldito vejete...—– suspiró pesadamente dejando caer su cabeza sobre el mueble.

Tal vez sí lo estaba engañando con esa tipa, pero no tenía derecho a reclamar, o sí?

El moreno se había puesto bastante insistente cuando le comentó su engaño y, tal vez por eso debería reclamarle lo suyo con esta chica.

Pero no, podría morirse de celos y de rabia, no quería más discusiones con el mayor, así que dejaría todo como estaba.

Y pero entonces, por que le dijo que le gustaba?.

—–¡Maldito Kakuzu!—– se levantó rápidamente del sofá y golpeó la pared —–¡Eres un idiota!.

Dejó caer su puño y arregló su cabello suspirando.

—–Me confundes mucho Kuzu...—– suspiró queriendo llorar pero el timbre de la puerta sonó.

Vio por la ventana a sus mejores amigos y les abrió.

El castaño traía dos bolsas llenas y el rubio bebidas, creo que su noche no sería tan mala después de todo.

Al abrir la puerta de su departamento ambos lo abrazaron.

—–Hola idiota—– el rubio lo abrazó apoyando el mentón en el hombro del contrario.

—–Que raro que no estas escuchando tu música gritona mientras fumas—– el castaño también lo abrazó.

El albino les dió unos golpecitos en la espalda y entraron al lugar.

—–No iban a venir mañana?—– preguntó confundido el ojivioleta.

—–Era la idea, pero Itachi me llamó diciéndome que estaba en mi casa y que vendríamos a verte, hm—– sacó cajas de hamburguesas y papas fritas de las bolsas.

El mayor de allí asintió y sirvió la bebida en vasos comunes.

—–Oigan...—– dijo viendo las cajas de comida chatarra —–Acabo de cenar...

—–Cenarás otra vez, querido—– dijo el castaño trayendo los vasos.

Los tres se sentaron y aquellas conversaciones comenzaron a salir.

No había nada mejor para él que pasar tiempo con sus amigos, y además, por la noche que tuvo con el mayor, esto era un break de ese ambiente.

—–Y aquella zorra vino y se acercó a él y hablaron...—– se posó de manera exagerada en el rostro del castaño —–Así de cerca.

El mayor de allí lo apartó y suspiró, mientras que el rubio atentamente escuchaba el relato de su amigo.

—–No todas son zorras, Hidan—– hizo una pausa y mordió su hamburguesa —–Como era ella?—– preguntó curioso.

—–Tenía como la estatura de Dei y, cabello color miel y... ojos marrones—– frunció una ceja viendo a su amigo —–Por qué quieres saber?.

El mayor suspiró y rascó su barbilla dudando.

—–Se llamaba Miru?.

El ojivioleta puso su cara completamente serio y le golpeó la cabeza.

—–¡Idiota, eres idiota!—– su amigo rubio comenzó a reír con fuerza —–¡¿Cómo voy a saberlo?! 

—–Seguro te olvidaste!

Una vez más calmada la situación los dos menores se apoyaron con el castaño, pensando.

—–Suena a la descripción de una actual socia de Kisame—– aún seguía pensando.

El ojivioleta trataba de entender la situación y el rubio estaba mirando el vacío mientras comía las papas fritas.

—–Y quién es Kisame?—– habló finalmente el menor de todos.

El castaño se sonrojó levemente, había olvidado ese pequeño detalle.

—–Es el barman del bar que fuimos—– se sonrojó más.

—–Ese raro?!—– se exaltó el albino —–Itachi... eres un atrevido.

—–Cállate—– le pellizcó suavemente el brazo.

Comenzó a contarles acerca de como hablaron y terminaron la noche, obviando los detalles.

—–Así que pescaste al dueño del club, hm?—– estaba sorprendido.

—–La mayoría de restaurantes de aquí son de él de hecho.

—–Y por qué es un simple barman?—– preguntó el ojivioleta.

—–Me dijo que siempre disfrutó hacer tragos y eso y decidió abrir su bar para trabajar allí.

—–Perfil bajo, humilde pero millonario, que buen ojo tienes Itachi—– le codeó el rubio.

La conversación estaba siendo agradable pero algo no cuadraba en el albino.

—–Kisame en ese tiempo, fue al banco para pedir un préstamo y así abrir el bar, allí conoció a Kakuzu—– comenzó a relatar mientras peinaba el cabello del rubio.

El ojivioleta se levantó y lo miró con ceja fruncida.

—–Y eso que tiene con la zorra del restaurante?—– preguntó irritado.

—–En ese tiempo, Miru era la secretaria de Kakuzu, y él la había mandado a que le entregue aquel préstamo a Kisame—– suspiró aliviado —–Ella quiso intentar algo con él pero no sucedió, ya que le dijo que era gay, aún así, le gustó la compañía y renunció al banco para trabajar junto con Kisame en la administración de los restaurantes.

Sonaba lógico todo, pero todavía faltaba algo.

—–Y Kisame y Kakuzu son amigos?—– preguntó el rubio.

—–El viejo nunca me lo mencionó—– dijo el ojivioleta viendo a su amigo.

—–Actualmente ellos estaban hablando porque Kakuzu le había pedido un favor, y como Kisame esta trabajando y además, está conmigo—– se sonrojó ——Mandó a Miru para que lo ayudara.

—–Ahora entiendo un poco pero... no sabes algo más?—– preguntó curioso.

—–No, lo último que me dijo, es que estaba preparando un restaurante para el jefe.

El albino frunció su ceja y lo miró fijamente.

—–Para qué demonios querría Kakuzu un restaurante...?—– estaba mucho más confundido que al principio.

—–Capaz planea festejar algo, ya te dirá, hm—– trató de calmarlo.

Algo estaba muy raro y lo iba a averiguar.

anyways | KakuHidan |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora