Aquí estoy de nuevo sentado a la mesa, frente a una hoja en blanco, mi pluma en mi mano izquierda Y en la derecha un cigarrillo.
- ¿De que puede tratar mi próximo libro? - me pregunto.- una historia de amor tal vez o quizás algún tipo de tragedia, podría ser también una aventura o quizás terror, ciertamente no lo sé.- pienso en voz alta de igual manera me encuentro solo, mi esposa salió temprano a trabajar y no hay nadie más en casa
Sin darme cuenta el cigarrillo que sostenía se consumía mientras pensaba en ninguna idea finalmente solo posibilidades, tentativas, pero, nada concreto.
Toc toc-toc.- Suena la puerta principal de la casa.
-.¿Quién será?.- Pienso.- no estoy esperando visitas y aún es muy temprano para que Caroline llegue del trabajo, además ella tiene llave.-Continúo pensando mientras me acerco a la puerta, observo por el lente de la puerta y del otro lado la más bella sorpresa, abró la puerta apresurado y salta a mis brazos derribándome al piso y cayendo sobre mí, es mi hermana.
-Hillary Hermanita, yo también te quiero, pero, parate.–Digo casi sin aliento.
-OK.-respondió ella
Nos levantamos del piso y ella me volvió abrazar, pero, mientras me abrazaba vi una maleta que trajó
-Hillary.-Le digo mientras aún me abraza.-¿ ah y esa maleta?.-Le pregunté Y casi simultáneamente me soltó
-MMMMM si , la maleta.-Dijo ella sin responder a mi pregunta.-¿Dejas que me quede contigo unos días?.- Preguntó súbitamente haciendo una muestra como de perrito suplicante
-Sí claro, pasa.-Le respondí, es que, la verdad no sé cómo decirle que no ella menos cuando pone esa carita de cachorro regañado, nunca le falla conmigo
-Pon la maleta en la sala, yo llamare a Caroline para decirle que estás aquí.-Le digo mientras cierra la puerta
-Está bien.-Contestó ella.-Iré a la cocina por un poco de agua.-Me dijo
-OK, tú sabes dónde está todo.-Le dije
Hillary entró a la cocina y yo tomé mi celular y le marqué a Caroline
-Aló.-Contestó ella
-Amor, sé que estás ocupada, pero llamo para decirte que Hillary está aquí en la casa y preguntó si podría quedarse unos días.-Le dije
-Sí claro, no hay problema.-Respondió.-Pero que se aleje de la cocina.-Agregó con un tono de voz burlón, luego colgó.
-¿Qué dijo?.-Preguntó Hillary desde la puerta de la cocina.
-Que te alejes de la cocina.-Respondí en el decatlón una pequeña sonrisa
-¡Demian!, Eso fue hace mucho tiempo.-dijo ella frunciendo el ceño.-Ya sé cocinar mejor y aparte nadie se murió, solo fue un simple dolor de estómago. - agregó
-Sí, seguido por una semana durmiendo en el baño.-Dije sin poder contener la risa
-Para demostrarte que sí sé cocinar, hoy haré la cena.-Dijo ella.
Al escucharla mi estómago suelto un gruñido como queriendo decir, " ¡Por favor no!
-Ok, está bien, prepara la cena, pero, por favor no quemes nada.-Le dije ignorando mi estómago que volvió a gruñir esta vez como queriendo escapar de mi cuerpo.-¿Necesitas que te ayude?.-Le pregunté
-No.-respondió ella.-Yo puedo sola.-Concluyó Y se dió la vuelta en dirección a la cocina
Así fue entró a la cocina y yo regresé a mi embudo de ideas llamada escritorio, enciendo un cigarrillo para continuar pensando en mi libro, pero la presencia de Hillary no me lo permitía.-¿Qué estará pasando en la cocina?.-Eran lo único que podía pensar y mi estómago no colabora gruñendo cada vez que una olla sonaba a un tenedor se caía al piso
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Páginas en blanco
Storie breviDemian es un escritor que se le han ido las historias de la mente y no a logrado publicar nada en un tiempo. Una visita inesperada lo llevara a expandir su mente y conseguir esa historia que busca, pero, en el transcurso un sentimiento de culpa debe...