Puedes contar conmigo
—Lo siento Ichigo, pero amo a mi pueblo. Pelearé por él y si hay que morir será mejor luchando. —dijo Rukia mientras acariciaba el rostro de su esposo. Después de darle un beso le dio la orden a su caballo para que comenzara a galopar, perdiéndose entre la tropa. Él sonrió melancólico, con esperanzas de volver a ver...