No siempre es fácil dejar que las heridas cicatricen y en muchas ocasiones éstas nunca lo hacen; al menos, no las heridas del alma. Kevin sabía que sería imposible borrar todo el dolor que arrastraba de su pasado, uno que prefería olvidar, pero nunca había pensado que llegaría a encontrar un alma aún más rota que la suya y menos de alguien que no sólo conseguía alterar su espacio, sino de alguien que parecía ser capaz de enfrentar cualquier cosa.