Entre susurros, se decía que el Sol protegía a su pueblo predilecto: Catwell. Se comentaba que éste les concedió un obsequio único, codiciado por unos y envidiado por otros, a sus habitantes. El Sol les había otorgado sus rayos, los cuales dotaban increíbles habilidades a aquellos que los poseían. Sin embargo, al ser asesinada la reina Miwa, la vida de los habitantes de Catwell no volvería a ser la misma. Los rayos del sol los abandonarían, prevaleciendo un eterno frío. En medio del crudo invierno, un rayo de esperanza nacería con el nombre de Rachel. (Esta historia pronto será publicada por la editorial española Adarve. Esta versión es inédita. Por lo tanto, contiene errores) Portada hecha por @JuneOvercast
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