Los libros se abren y se cierran, florecen y desaparecen, evolucionando a través del paso de las generaciones. Sin embargo, eso permite abrir paso a historias nuevas. Incluso las acciones más pequeñas, aparentemente insignificantes, son capaces de provocar grandes cambios. Charlie Bucket era un niño rodeado de pobreza extrema que tuvo un golpe de suerte al encontrar una moneda enterrada parcialmente sobre la nieve, con la que pudo obtener la barra de chocolate que contenía el último boleto dorado. A partir de ese momento su destino cambió para siempre. El Sr. Wonka necesitaba encontrar un joven heredero a quien confiarle su legado y Charlie era un auténtico amante del chocolate, además de poseer un tremendo potencial escondido igual que un diamante en bruto. Su cuento se incluyó en el Libro de Cuentos Legendarios demostrando que el destino no es del todo absoluto, si no que más bien se construye a base de una secuencia armoniosamente desordenada de sucesos específicos. Quiero darle un agradecimiento especial a @_aoichomo_ por esta bellísima portada, que quedó idéntica al cuento separador tan icónico de las primeras ediciones.