Cuando la asistente de presidencia, Beatriz Aurora Pinzón Solano, recibe el paquete de la oficina de uno de sus jefes, Mario Calderón, decide revisar el contenido por la curiosidad que su amiga Sandra hizo despertar en ella, queda sorprendida, asqueada, destrozada, humillada de la peor forma posible. Debía contarle a la prometida de Armando Mendoza, sin importarle por completo que ella era su amante. Debia decirle a Marela Valencia que su prometido y el mejor amigo de él eran más que eso. Que en realidad eran un par de amantes que se burlaron de ambas y de la empresa. Mario Calderón y Armando Mendoza se amaban de verdad.