Mineta Minoru no comenzó siendo una mala persona, tampoco era una buena persona, pero se acercó bastante a lo largo de los años. Definitivamente no era el monstruo que las noticias lo llaman ahora. Fue incriminado, pero ya casi no importa, la gente lo llama monstruo las suficientes veces en eso te conviertes. a medida que su vida llega a su fin, se pregunta qué pudo haber hecho para cambiar su destino.