Día tras día, noche tras noche, esos rostros gemelos le perseguian, imbatible, invencibles ante toda estrategia que el uso para derrotarlos. A pesar de ello nunca se rindio, sin perder la esperanza, el lucho, incluso si su vida un día se marchito... Desperto en un cielo azulado, sobre escuchando el cantar de los pajaros, observo a los alrededores una ciudad intacta y muy diferentes a las que el conocia. ¿Dónde estoy...?