En un mundo desolado por la constante amenaza de los kaijus, Asura emerge como un superviviente marcado por la tragedia. Perdió todo lo que amaba en un brutal ataque de estas monstruosidades, dejando su corazón lleno de ira implacable. Entrenando incansablemente y utilizando conexiones clandestinas con la Yakuza, Asura se convierte en un guerrero formidable, decidido a ser el terror de los kaijus. Su viaje es una búsqueda de venganza sin cuartel, donde cada paso lo acerca más a su objetivo de convertirse en el mayor enemigo de estas bestias colosales. Su mantra es simple pero poderoso: "No hay redención, solo venganza".