Los últimos sucesos en la vida de Juanjo Bona prácticamente le obligaron a mudarse a la capital donde se encontraban sus mejores amigos, necesitaba tranquilidad para poder asimilarlo todo y creía que esa era la mejor opción. Hasta que su mejor amiga le escribe porque le falló el técnico de sonido para esa noche en el bar y algo, o mejor dicho alguien llamado Martin Urrutia, interrumpió en su vida. Todo lo que creía tener claro deja de estarlo en ese preciso momento.