Cuando el ingenuo Fluke Natouch aterrizó en Dharia, un reino del desierto, con un anillo que era su único lazo con su misterioso pasado, no podía imaginarse que iban a detenerlo y a dejarlo a los pies del imponente dirigente de ese país. El rey Ohm recelaba de el muy deseable Fluke, pero la imaginación del pueblo de Dharia se había disparado al enterarse de que él poseía el anillo y creían que Fluke era el esposo que él había estado esperando. Por eso, Ohm inició una ofensiva sensual en toda regla para acabar derritiendo la firmeza de Fluke y que le pidiera que lo llevara al altar.