Tras la inesperada muerte de su madre, Luisa depende única y exclusivamente de su padre. El gran Rey de la manada de plata. Si bien, la vida que lleva en ese mundo es muy buena, no es suficiente para llenar el vacío que lleva por dentro. Es por eso, que cuando tiene la oportunidad conocer a un Alfa, no solo le deja que llene aquel vacío, sino que también, decide estar a su servicio, ya que el mismo alega que es su deber y una paga por ser el único que ha estado con ella en los momentos más difíciles de su vida.