18 de Julio de 2016.
A veces me da por imaginar qué haría sin ti.
Se me contagia tu aura pesimista, que le voy a hacer, como símbolo inequívoco de que te llevo dentro. Tatuada en las entrañas, encajada en mi red neuronal, jugueteando con la sinapsis solo para producir chispazos y reírte.
Es entonces cuando realizo, y me doy cuenta de que el sin ti es tan inviable como el sin mí. Porque hay quienes se juntan, y energías que existen de fusión.
Hoy no he despertado ficcional. Ya has intuido que es uno de esos asquerosos días en los que piso la tierra con los pies. Desgraciadamente. Desgraciada Tierra. Girando y girando sin pedir permiso a nadie. En esa espiral de absurdo entrópico que tanta rabia me da.
Pero en ella estás tú. Así que bajar de vez en cuando es una de esas pocas cosas que vale la pena hacer. Tú solo tira de la cuerda, ya sabes, que eres la única que tiene sujeto el verdadero otro extremo.
Y aunque sé que no me leerás, porque se te olvida que esta mierda existe, aquí lo dejo para cuando te acuerdes.
ESTÁS LEYENDO
Bocados
RandomFragmentos sueltos de textos que no he llegado a desarrollar. Ideas del momento, relatos cortos o introducciones que algún día pueden crecer y volverse una obra completa. Mi cajón de-sastre.