La Chica de Luke || ashton irwin (pausada)

>capítulo siete.

Ashton's POV

—Gracias por eso, Ash.

Me puse mi camiseta y vi como la chica se ponía su corto vestido color negro. Estiré mis brazos y la chica se levantó de mi cama, contoneando sus pequeñas caderas, tratando de llamar su atención.

—Por nada, Kata.

—Es Kiara—me miró un tanto ofendida.

—Sí, como sea. Abrí la puerta de mi habitación y me apoyé contra esta. Kiara pasó sus brazos por mi cuello y acercó sus labios a los míos.

—¿Me llamarás, no es así?

“Ni soñando”.

—Claro, nena. —ella me sonrió coquetamente y pegó sus labios con los míos. Me besó salvajemente y se separó de mi. Me guiñó un ojo y salió de mi habitación. Observé como caminaba hacia la escalera, por la cuál Michael venía subiendo. Miró de arriba abajo a la chica y negó con la cabeza.

—¿Nueva víctima?

—Yo diría, dama de compañía. —Michael rodó los ojos.

—¿No se supone que tu ibas por una conquista segura? —ladeé la cabeza. —¿Bennet?

—Oh, Skyler… si, pero no significa que deba dejar de lado mi hermosa vida por una chica a la cual dejaré en menos de 6 meses.

—Eres un cerdo, amigo. —golpeó mi hombro suavemente y caminó hasta su habitación.

—Voy a ir a la tienda, ¿quieres algo?

—Unas galletas estarían bien. —gritó desde su habitación.

Me vestí completamente y salí del apartamento. Caminé una cuadra hasta la tienda.

—Ashton, querido. —escuche una suave voz detrás del mostrador. Sonreí por inercia.

—Hola, Grace.

Grace era la pequeña ancianita dueña de esta especie de almacén que había a una cuadra de mi apartamento. Cuando recién llegué a California, no conocía a nadie, hasta que un día me topé con esta tiendita y conocí a Grace. Ella tiene un gran corazón y siempre esta atenta a mi vida y a la de Michael.

—¿Qué necesitas querido?

—¿Aún vendes de esos quequitos de chocolate? Te juro por Dios que lo amé.

—Oh, por supuesto, déjame ir a ver a la cocina que te traigo algunos.

Grace desapareció por una puerta y yo me apoyé contra el mostrador. Miraba si interés alguno las cosas que vendía Grace, hasta que una chica rubia apareció por la puerta de la tienda. Tenía un cabello larguísimo, llevaba una blusa blanca y unos shorts de mezclilla. Tenía unos ojos celestes y una bonita sonrisa. La chica no estaba nada mal.

La miré un rato sin vergüenza alguna y me mordí el labio inferior.

—Mejor toma una foto, te va a durar más. —habló por primera vez.

—Se de algo que dura más que una simple foto.

—¿Un vídeo? —dijo burlona y reí.

La chica me sonrió y Grace volvió a aparecer.

—Tienes suerte, solo me quedaban 5—dijo Grace y observó a la chica. —Oh, Ashton, te presentó a mi nieta, Sabrina.

—Si, nos acabamos de conocer. —dije sin dejar de mirar a la tal Sabrina.

—Sabrina, ¿por qué no le pides a Ashton que te lleve a dar una vuelta por ahí? —habló Grace.

“Estupenda propuesta, Grace”