A K A A S H I K E I J I

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a   n e w   o p p o r t u n i t y

 

Iba de ahí a allá buscando entre todas sus pertenencias un pequeño labial. Había jurado que lo colocó en su mesa junto a todo su maquillaje, pero se extrañó al no conseguirlo. Tal vez se había caído por un golpe tonto sin que se diera cuenta, mas no había resultado. Le parecía extraño todo, ella era la única presencia femenina en aquella casa que se maquillaba y en los últimos días no había recibido visitas de otras integrantes de su familia.

—¿Qué te pasa?

En ese momento, su hermano había pasado por el pasillo y observó como _____ buscaba algo en uno de los cajones de su escritorio. La chica se detuvo un momento y lo vio. Ya estaba listo para salir y ella no conseguía su estúpido labial por ningún lado.

—¿Sabes dónde está mi labial rojo? —La cara del chico, que tenía una mirada burlona al verla, había cambiado por una de miedo. La menor había notado inmediatamente su cambio de expresiones— Tetsuro, ¿qué hiciste?

Aunque fuera algo tonto, el antiguo capitán de Nekoma odiaba que su hermana se enojara con él. Aun así, se rió por el recuerdo.

—Por accidente, Bokuto se sentó encima de él. No se dio cuenta en todo el trayecto a su casa que su pantalón tenía una gran mancha roja. —Intentaba mantenerse serio, pero nuevamente las ganas de reírse lo superaban y empezó a reírse a carcajadas.

Al principio, la de ojos oscuros no dijo nada porque habían destruido su pequeño labial; sin embargo, aquella anécdota logró hacerla reír junto a él, pero sin una risa tan escandalosa como la suya. Fácilmente podía divertirse con Kuroo y por eso lo amaba, aunque había momentos donde la sacaba de quicio y deseaba matarlo.

—Luego te compraré uno nuevo. —Finalmente, ambos hermanos empezaron a bajar por las escaleras hasta llegar a la sala principal— Pero... ¿por qué necesitas uno ahora mismo? Solo lo usas en eventos especiales.

Ahora la que se encontraba nerviosa era ella. Sus mejillas adquirieron un enorme color rojizo y desvió su mirada con los ojos fijos en un punto cualquiera en el suelo con tal de que el pelinegro no lo notara. Ya la había molestado con lo mismo millones de veces y empezaba a hartarse, pero estaba tan avergonzada que no hacía nada, se limitaba a ignorarlo.  

—¿Y para nosotros Año Nuevo no es un evento especial? —Luego de despedirse de su padre y abuelos, cambiaron hacia una casa vecina en busca de su amigo. Esperaba que solo tuviera una neurona para que no pudiera pensar en la razón de su nerviosismo. 

—Sí, pero nunca te has puesto en los años ante... —En medio de la acera, se le vino a la cabeza la perdición de _____ y sonrió maliciosamente— Oh, ya entiendo.

La joven intentó esconder su rostro con su bufanda azul con el vago intento de ocultar el intenso rojo de su cara, el cual se hacía más fuerte al pasar los segundos. Frunció el ceño en señal de frustración al no poder esquivar hablar de ese tema y menos con él.

—Vas a darle unos buenos besos a Akaashi, ¿no es así? —dijo de forma burlona y viendo como las orejas de su hermana se coloreaban de un carmesí fuerte, desconociendo que su corazón latía fuertemente al oír su nombre— Es la primera vez que pasaremos Año Nuevo con nuestros amigos y con el “amor de tu vida”, —Formó las comillas con sus dedos— al menos disimula un poco.

—No, solo lo hago porque quiero. Ahora cállate —dijo la más baja intentando que su corazón dejara de saltar por aquel chico, pero cada vez estaba más eufórico.

—Porque quieres matar a besos a... ¡Ah!

Finalmente se había callado gracias a una pisada por parte de la oji__, quien tenía ganas de matarlo si seguía molestándola. Aunque en el fondo tenía razón, pero no le daría el gusto de confesarlo en voz alta. Siguió caminando mientras escuchaba a Kuroo quejarse hasta llegar a su lado nuevamente, cojeando de forma dramática.

HAIKYUU!! ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora