S A K U S A K I Y O O M I

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c h r i s t m a s   g i f t

 

Desde que comenzaron a salir, se sentía un algo extraño. Antes no acostumbraba a salir más de tres veces a la semana cuando no tenía entrenamiento o visitaba la casa de alguien por gusto y no por obligación, y ahora todo había cambiado. Le había costado muchísimo aceptar sentimientos románticos, pensaba que era una molestia momentánea y se le pasaría, pero muchas cosas sucedieron y tuvo que admitirlo.

Una de las cosas que más le gustaba de _____ era que se adaptó rápidamente a su estilo de vida. Siempre estaba pendiente de cumplir con todas las actividades para tener una buena higiene, y a pesar de que a ella le parecía muy exagerado, lo hacía para no incómodarlo.

A pesar de tenerle mucho cariño, la sentía un poco extraña últimamente. Estos días ha estado un poco distante, siempre tenía algo qué hacer y no contestaba los mensajes a tiempo o respondía llamadas. Pero supo que había algo más raro cuando llamaba a su primo, tampoco se comunicaba con él por el paradero de su novia en ciertos momentos del día.

Y un día supo porqué ninguno respondía.

—¿Has hecho algo hoy? —preguntó desde su lado de la línea, sentado en su escritorio con los brazos cruzados, esperando escuchar a su chica por los audífonos.

—¡Sí, he estado con Komori haciendo unas compras para Navidad! —respondió ella bastante alegre—. Primero fuimos a una tienda de ropa y...

Se le hizo difícil no suspirar con pesadez, pensando en los escenarios más alejados a la realidad. No quería pensar mal, pero ya eran muchas coincidencias en donde ninguno contesta los teléfonos y ni avisan. Ahora que conocía las "escapadas" entre ellos dos, estaba realmente celoso. _____ lo notó.

—¿Qué sucede? —Su ánimo bajó un poco, se encontraba un poco confundida por su repentino cambio dentro de la llamada.

—Has pasado mucho tiempo con él, ¿no es así? —dijo de mal humor, teniendo en su mente todas aquellas veces que se sintió ignorado— Incluso más que conmigo.

La oji__ se sorprendió al escuchar sus palabras, pero rió levemente. Era raro escucharlo de esa forma, pero lo entendía. Se sentía solo y aceptaba la culpa por no avisar con anterioridad.

—No deberías estar celoso, Omi —dijo con una tonalidad suave, un sonido que le encantaba a Sakusa—. Como te dije, solo fueron compras. Y disculpa por no contestar, me toma mucho tiempo hacer los regalos y a veces se me olvida llevar el teléfono cuando voy al centro comercial.

No dijo nada por unos segundos, analizando y adorando la dulzura con la que decía su apodo. Se ruborizó notoriamente, siempre sucedía en esos casos. Conocía la pasión que tenía su novia por hacer ella misma los regalos para los demás y creía que todo el enojo que sintió hizo que se le olvidara todo el esfuerzo que eso conlleva.

—De acuerdo.

—¿Quieres seguir hablando o prefieres dormir? —Kiyoomi creyó escucharla un poco triste, tal vez la hizo sentir mal.

Observó en su escritorio un pequeño cuadro con una foto de la chica, con una hermosa sonrisa. Ella misma la había puesto ahí como un divertido regalo, pero para él era muy preciado. No quería que esa sonrisa se desvaneciera nunca y menos por su culpa.

—Sigue contándome tu día.

Sakusa sonrió imaginando a su novia alegre y retomando su conversación, escuchando las ideas que tenía para los regalos de su familia. Aunque ella no se percatara, él la consideraba muy importante en su vida.

HAIKYUU!! ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora