¿Quién no puede amar a estos idiotas del voleibol?
❌ Haikyuu!! no me pertenece. Es una obra maestra de nuestro amado Furudate Hairuchi.
✔ Portada hecha por mí, pero el dibujo no es de mi propiedad. Créditos a su respectivo artista.
[A medida que pas...
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s t u d y t i m e
Llegó el momento que ningún estudiante espera: los exámenes finales; la peor pesadilla para Hinata Shōyō, quien corría el peligro de no poder volver al campamento de entrenamiento de Fukurodani. Si no pasaba todos sus exámenes, tendría que asistir a clases suplementarias.
El pelinaranja corría lo más rápido que podría por los pasillos de la preparatoria Karasuno, chocando de vez en cuando con otros estudiantes que no pudo esquivar. Cuando llegó a su destino, respiró hondo antes de entrar al aula.
—C-Con permiso —dijo nervioso al encontrarse con estudiantes de un año posterior.
Observó por encima de todas las cabezas de la clase cuatro hasta que su corazón da un vuelco al ver la cabellera castaña de Nishinoya Keiko detrás de un libro. Caminó con sus extremidades más tensas de lo esperado hasta que quedó al lado de la oji-miel. Cuando ella notó la presencia de otra persona, levantó la cabeza y sonrió ampliamente al reconocerla de inmediato.
—Hola, Shōyō-chan —saluda alegremente a la vez que sus mejillas se tenían de rosado, algo bastante lejano a como se encontraba el pelinaranja—. ¿Se te ofrece algo?
—A-Ah... Y-Yo... —Hinata se puso realmente nervioso al estar a tan poca distancia de su novia— me p-preguntaba si podría a-ayudarme con los exámenes finales —inmediatamente se inclinó hacia adelante— P-Por favor.
—¡Claro! —respondió sonriente, haciendo que sus ojos se achinaran y que los del oji-marrón brillaran— Bueno, ahora me toca doble trabajo; contigo y el inútil de mi hermano.
—¡Si ya estás o-ocupada, n-no importa! —dice de repente, sobresaltando a la chica— Y-Yo busca a alguien más.
—¡No! —por instinto, toma al chico de la muñeca cuando vio su intención de irse— Será un placer ayudarte.
—¡G-Gracias!
Y sin decir más, salió corriendo del aula, dejando confundida a la chica, pero con una tierna sonrisa antes de volver a sumergirse en su libro.
—¡Bienvenido a mi casa, Shōyō! —la voz de Nishinoya Yū retumbó en toda la casa junto al fuerte golpe que le dio a la puerta.
—¡Te dije que no lanzaras la puerta, Yū! —la madre de la familia salió de la cocina para reprender a su hijo.
—¡Lo siento, mamá! —dijo con una sonrisa mientras cerraba con cuidado la puerta— ¡Él es Hinata Shōyō, uno de mis kōheis!
—Un gusto, Nishinoya-san —saluda el pelinaranja acercándose a la mujer y haciendo una reverencia.
—Oh —la madre mira con asombro al tener en frente al oji-marrón—, entonces eres el novio de Keiko, ¿no?
