Anarquista Obsesión (Batjokes)

Impredecible

- ¡Maldito estúpido!- grito Batman tratando de encestarle un puñetazo, el Guasón lo esquivo y tomando su puño con delicadeza le susurro

- Cálmate Bats quiero ayudarte- el murciélago tembló ante el timbre de sus voz-  toma rápido- le aventó al la cara su saco violeta - sécate con esto en lugar de mojar tu traje- ordeno el payaso - te resfriaras,  eso me pasa por no decirte- el murciélago atrapo en su pecho su saco característico, sus pensamientos de nuevo se volcaron en un tornado, creía que lo miraba sólo por molestarle pero de nuevo no era así,  dicho esto el Joker se marcho dejándolo solo, pero cuando caminaba tropezó con el suelo mojado debido al agua que salpicaba de la tubería, iba a caer al torrente cuando un brazo fuerte rodeo su cintura

- Gracias- comento Batman subiéndolo arriba, ojijade se quedo estupefacto ante dicho gesto, miro el suelo para que batman no mirara su sonrojo y siguió aminando a la salida, se detuvo en la puerta donde esbozo el sonido de darle gracia - soy yo quien debería decirlo- para desaparecer de poco a poco.

El héroe se quedo en silencio con los pensamientos de su quebrada mente consumiendo sus nervios con el ruido de las goteras y el torrente de agua mientras escuchaba los tacones de los zapatos de su enemigo caminar, sobo su cabeza, no quería permitirse que su mente le hablara de el payaso, recargo su espalda sobre la pared fría, se paso el saco por el cuerpo secándose el agua, el pedazo de tela purpura estaba cálido quizá porque segundos antes había estado en el cuerpo del criminal, paso el trapo por su rostro, involuntariamente aspiro el olor que desprendía la prenda, olía a rosas, cigarrillos y gasolina, una extraña pero atractiva combinación, se sentía tan bien en la punta de la nariz pero al deslizarse por sus fosas nasales quemaban como el fuego dando escozor en la garganta.
Acabo de secarse, se adentro en su traje y camino hacía el cuarto de en medio dónde colgó en un pedazo de escalera de hierro que no llegaba al techo, el saco para que se secase con el poco aire que corría, avanzo hasta llegar al último cuarto dónde el guasón estaba parado a la luz de la rendija, la música clásica se seguía escuchando.

- Hey bats no te voy a mentir quiero ir a dormir ya- dijo para acostarse en el escritorio, Batman le sujeto la mano - no lo hagas, debemos aguantar hasta la madrugada- comentó

- si pues si no hacemos algo me dormiré

- ¿es una amenaza?

- Quizá- alzo una ceja el homicida pálido haciendo que Batman gruñera

- Bien entonces ven- el vigilante le jalo del escritorio con fuerza como para ponerlo de pie, puso su mano en su cintura y con la otra la entre cruzo con sus dedos

- bien- dijo pícaro sacando la lengua el Guasón, pasando su mano por su hombro en una caricia que ascendía desde su brazo, una caricia sutil pero inevitable que Batman no había visto venir.

La música siguió sonando a un nivel bajo, solo el silencio le mantenía viva y en el silencio al haz de la luz la luna, el príncipe del crimen y el vigilante demente, danzaban, los pasos armoniosos rozaban el suelo, deslizándose en curvas sutiles, el calor de las manos de ambos hombres era plausible aún con tela de por medio, el cabello verde de uno se paseaba en al aire con elegancia al igual que la capa de batman.
No hubo tiempo de palabras, las miradas las decían por si solas cuando llegaban a cruzarse, finalmente la canción llego a su fin, el joker como siempre con la creatividad un paso adelante se dejo caer en el aire impulsando a Batman a sostenerlo de la cintura rematando enredando su pierna en la cadera de Brus y sosteniéndose en un solo pie.

- Basta- batman lo soltó aventándolo hacía el escritorio aunque a una velocidad medía

- Hahaha ¿Qué querías bailar salsa? ridículo- expreso el pálido - admito que eres bueno, al menos mejor que Harley- dicho comentario le hizo sentir una mezcla de pensamientos, celos por pensar que era cierto, ellos eran bastante emotivos, triste porque Selina nunca le había concedido un baile que tuviera únicamente intenciones sentimentales y alegría por el alago.- ¿Ahora dime como es el plan?- irrumpió sus propios pensamientos el héroes, no quería escucharse a si mismo como siempre.

- Bien, pero vamos siéntate- dio palmadas en el escritorio sonriendo, sabía que le conducía a una aventura sin retorno.