Nunca me sentí un niño, pero aún así debo admitir que como Batman hubo momentos en mi vida en los que sabía menos que en otras épocas, en el que mis ilusiones vencían mi realidad y las cosas me parecían más livianas.
Ahora sé que todos mis fracasos y todos mis errores son por subestimar mi realidad, pensaba el héroe apretando los nudillos con un hueco que en el trayecto se llenaba de culpa.- ¡Tú de nuevo!, noche tras noche, atormentándome todos los malditos días- grito el caballero nocturno mientras golpeaba al peli verde con múltiples puñetazos en el rostro, de joven esto le hacía sentir vivo pero ahora esto le pesaba se sentía un completo idiota - ¡es la última maldita cosa que te soporto!- estaba furiosos, sentía sus venas reventar de coraje, mientras la parte más oscura de él disfrutaba como el rostro de su adversario se llenaba de sangre, le había roto la nariz- Me has engañado tanto- se quejó, pero no pudo evitarlo su corazón gritaba, pero en ese exuberante odio de nuevo calmo
- HAHA ¿tú? Quejándote- la risa del payaso perforo el ambiente, taladro su mente partió su paciencia y encendió su rabia - ¡Quién fue el hijo de perra que me convirtió a su locura!- el príncipe tomo de nuevo sus navajas para darle en el estomago en el justiciero - ¡Quién fue el imbécil que provoco esto!, ¡Tú, tú me creaste y tú me brindaste todo!- gritó mientras lo abofeteaba con una pistola agrietando su casco, el hombre murciélago tomo su brazo quitándole el arma para luego rompérselo.
- Escucha estúpido con maquillaje, sólo eres un loco criminal que no tiene nada que ver conmigo, sólo fuiste un loco fracasado que no tuvo madera de sus decisiones- esculpió Brus mientras lo arrojaba hacía la pared
- HAHA así que ya empezamos con la terapia de verdades- comentó mientras se levantaba del suelo rompiendo una botella - Dices que no tengo nada que ver contigo, pero escucha rata voladora, ¡Tú me necesitas!, ¡Tú no eres nada sin mi!- grito arrojándole toda especie de vidrios que estaban en el suelo para que le dieran en la barbilla uno encesto haciéndole una herida- soy yo quien genera que las personas esperen a que vuelvas todas las noches, soy yo el que hace que enciendan esa porquería que te invoca, si quisiera destruiría todo lo que se dice de ti, si quisiera haría que la cuidad de odie- corrió hacía el otro lado tomando el arma que había tirado por culpa del murciélago - tu menos que nadie puede hablar de mi, Tú solo eres un maldito loco que trata saciar sus traumas dolorosos con la violencia por las noches y eso Bats te hace la rata más miserable del planeta- le disparo fallidamente - ¡vamos bebe! demuéstrame cuánto te han dolido mis palabras - disparo de nuevo pero la pistola ya no tenía balas, Batman aprovecho esto atrapo su cabeza en sus manos y la azoto sobre un espejo.
- ¡Cállate!, ¡aprende a callarte!- volvió a azotarla su rostro se empapaba de sangre, siguió dándole más golpes pero el Joker ya no lo noto, su mente cayó en la inconsciencia.
El payaso despertó colgado de cabeza, abriendo los ojos diviso un charco con su sangre
- Ahora me dirás ¿por qué?, ¿por qué Jason todd?- indago una voz en una esquina, una voz que conocía muy bien.
- Oh Bats eso me duele, me preguntas por otro hombre al despertar que mala relación HAHA - Batman lo sabía jamás obtendría una sola respuesta, pero ya no importaba no quería volverlo a ver nunca más
- Vas a dejarme de nuevo ahí, por que no mejor me dejas en tu casa del lago Bats HAHA, esa es más complejo de escapar, escucha hace años te dije que sólo eras mi carta, mi pasatiempo pero me retracto eres mi más grande razón - el caballero oscuro no dijo nada solo tomo su traje violeta y lo bajo bruscamente del auto.
La madrugada corría lenta, el frio del invierno calaba los huesos, los guardias llevaban ya 10 vasos de café los cuales permanecían a punto derramarse del sesto, cuándo una ráfaga de viento los rego por la puerta de la caseta, la había ocasionado la llegada del Batmobile.
- ¡Mira eso es Batman!- comentaron para salir de la caseta.
Divisaron al hombre murciélago, bajando del auto y en un brazo el cuerpo del Guasón, quien bajaba dejando la sangre de sus heridas, tenía un ojo morado, los labios rotos al igual que un brazo y tres de sus dedos, había sido una batalla ruda, camino con él arrastrándolo en el suelo.
La silueta de su capa negra se perdió entre las luces de la sala del hospital al entrar, de seguro se aseguraría de verlo con su camisa de fuerza encadenado.- Vaya se ve que sí se pelearon y pensar que hace unos años, el murciélago hasta venía cargándolo en sus brazos- dicho esto escupieron el café riéndose.
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Anarquista Obsesión (Batjokes)
Hayran Kurgu"Sabes estamos condenados ¿no?, lo sé porque me basta con mezclar nuestras miradas con mezclar el azul y el verde de nuestros ojos para conocer nuestras mentes. Este es nuestro destino, estaremos juntos en todos los universos posibles, colisionaremo...