Capitulo 1 • Dante Sparda

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Finalmente, tiro del arma para deshacerse de la vida de aquel demonio que le había estado causando problemas aquella noche -Jackpot- susurro tras ver caer el cuerpo inerte -punto para Dante- se rio guardando a Irvory -muy bien chico, eres el numero 5 o 7 – se alejó de la escena evitando que la sangre tocara su gabardina. Aún tenía para rato y al menos quería evitar oler a sangre de demonio el tiempo que restaba –creo que necesito un trago, aún tengo mucho trabajo que hacer.

Lamentablemente su bar de confianza se encontraba hasta el otro lado de la ciudad, por lo que continúo recorriendo las calles a pie -ahora que busco uno no hay nada- su queja fue escuchada ya que tras girar por una esquina se encontró con un bar abierto, sin embargo, al acercarse noto que este no era un simple bar.

-por favor, hoy no puedo distraerme- se lamentó analizando la situación. La música con cierto tono de sensualidad se escuchaba lo suficiente para dar entender el aura que había dentro -no es una buena idea -desvió la mirada por la calle, encontrándola vacía -solo un trago. Veamos que tal- sonrió

《 》

Pov. _____

Maldigo al hombre gordo y pedófilo que tengo como jefe; a pesar de haberle dicho sobre mis planes para hoy, me exigió que cubriera el turno nocturno. No es que odiara trabajar en el bar, solo que por las noches este lugar era una porquería, hombres ricos en busca de prostitutas y alcohol.

Para mi suerte llevaba ropa holgada y fea, así que nadie me molestaría por un rato. No me culpen, no tenía dinero para algo mejor -hey preciosa- quería hacerme la sorda, sin embargo, no funcionaba de nada. Era la única que preparaba las bebidas –un trago- Sin decir más, le serví otro trago.

Al estirar mi mano con la bebida, él se aferró a mi brazo -suélteme por favor- mencione sin mirarlo

-se ve que estas muy aburrida- no conteste. Ni siquiera lo mire -ven conmigo, veras que ya no tendrás esa cara- mire a un costado mío. Notando a las mujeres "bellas" bailar al ritmo de la música.

"¿por qué a mí y no ellas?" pensé regresando la vista. Note finalmente sus ojos oscuros, sintiendo un frio carcomerme la espalda. Juraba que la presión que ejercía a mi brazo era bastante fuerte

-tengo mucho que limpiar, lo siento- busque librarme de su agarre. Claramente no funciono.

-olvida este trabajo, podemos hacer un trato tú y yo- a pesar de sonar tentador para cualquier mujer que estuviera interesada en el dinero, no era una opción para mí.

-gracias, pero no estoy interesada, le digo algo. Tal vez Camila lo esté- dije apuntando a una de las mujeres que bailaban.

-mí no me interesa, no es tan bella como se hace notar. Pésima sangre- esto último lo dijo en un susurro que a pesar de la música logre escuchar.

- ¿disculpe? - me miro de nuevo -busque a alguien más. No estoy interesada- tire de mi brazo nuevamente, obteniendo el mismo resultado.

Sin embargo, a diferencia del anterior intento, ejerció mayor fuerza. Tirando de mi provocando mayor dolor -oye- me llamo, quitando el costado de su chaqueta donde un arma era usada como accesorio –si sabes lo que te conviene, no me vas a desobedecer. No estoy solo, si yo quisiera esto terminaría mal- trague fuertemente sosteniéndole la mirada – ¿segura que no quieres ir conmigo?

El mundo se detuvo para mí, maldito el momento en que había decidido quedarme en este bar de nuevo, si me negaba quien sabe que haría. Y si aceptaba terminaría en su cama y tal vez secuestrada y vendida.

Los segundos parecían horas, y mi mente aún seguía creando mil maneras en las que podría terminar todo esto si es que aceptaba o me negaba -yo...- mi corazón latía fuertemente, resonando en mis oídos. Y conforme lo hacia el hombre hacia mayor presión en mi brazo; su rostro mostraba una sonrisa que creía haría romper su quijada.

Mas que un caza demonios I Dante SpardaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora