Capitulo 6 • El comienzo de un largo viaje

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Tan pronto dieron los primeros rayos de luz, el caza demonios despertó a la mujer; debido a que deberían salir temprano para llegar hasta el lugar donde podrían entrenar. Tratándose de las afueras de la ciudad, donde Dante podría transformarse sin problemas.

-antes de empezar, recuerda que nunca he hecho esto. Ni siquiera se defenderme- advirtió ____ al bajar de la moto -así que empecemos de a poco.

-se nota que no sabes defenderte. Ni siquiera cuando te insultan- la mujer lo miro molesta - ¿me equivoco? - apago la moto bajándose de esta -no sé cuánto nos lleve, pero debes estar lo más preparada posible para poder llevarte ahí abajo.

- ¿Cuándo iremos? - pregunto comenzando a caminar al medio del campo - ¿Cuánto tiempo tengo para aprender a defenderme? - Dante no respondió, invocando su espada - ¿Dante? - lo nombro de nuevo.

-no pienso presionarte ahora, lo empezare hacer cuando el tiempo se nos acabe- dio un suspiro -saca tu cosa quemante- la chica sonrió -me siento confiado de que independientemente de que sepas usarla. Puedes matar a un demonio con solo que se te acerque.

- ¿Qué tal tu quemadura? - pregunto haciendo el mismo movimiento para descubrir la lanza brillante -sirvió de algo el que fueras mitad humano y demonio. De lo contrario tal vez te hubieras quedado sin mano.

-Mejor- miro su mano la cual no tenia rastro del incidente -tendré que tener cuidado entonces- se acerco a ella -comencemos con la básico. Los demonios siempre quieren ir a la cabeza o al corazón- apunto ambos lugares -existen diferentes tipos de demonios, cada uno tiene preferencia en sus ataques. Los que mas abundan son los de tierra, conforme avancemos te explicare del resto.

- ¿Cuántos tipos existe? - él negó saber la respuesta -supongo que improvisas cada que descubres uno nuevo.

-así es siempre- uso su arma -lo común es que ataquen por la derecha, haz estos movimientos para defender- movilizo el arma -esto crea un escudo ante sus posibles ataques. Con la habilidad que tiene tu arma para quemarlos es posible que no pase de ahí.

-entiendo- imito el movimiento.

-al final, solo tu sabrás como usar las habilidades que oculta tu linaje. Con el paso del entrenamiento puede que lo descubramos- finalizo para ayudarla con los movimientos de su muñeca.

Pasando al menos tres horas antes de que decidieran darse un descanso o que Dante le diera permiso de poder descansar -solo 10 minutos, tampoco quiero traumarte- se burlo al ver a la chica tirarse sobre el césped. El sol comenzaba a quemar -debemos movernos a un lugar más fresco.

-dame 1 minuto- suspiro agotada -estoy cansada, me duele la muñeca- la sobo -debo acostumbrarme.

-debes moverla más rápido, la velocidad de los demonios es mayor. Cuando te enfrentaste a ellos tuviste suerte- se sentó a su lado - ¿enserio quieres quedarte aquí? Vas a conseguir asarte. ¿O es que acaso quieres agarrar color?

-bien, hay que movernos- ignoro su burla poniéndose de pie caminando hasta la sombra de un árbol cercano - ¿te parece aquí señorita? - el apodo provoco una sensación agradable en la mujer quien le agradeció, sentándose bajo la sombra del árbol.

- ¿y bien? - pregunto - ¿Qué tan mal lo hice? - Dante sonrió sentándose a su lado, recostándose sobre el tronco -intento esforzarme, lo prometo- él negó.

-lo sé- confeso -si te consuela, la primera vez que entrene con mi padre...o que lo intente- se corrigió -ni siquiera podía sostener la espada en alto.

-pero ve el tamaño- lo justifico -no compares tu espada con una varita así- señalo su propia arma -y eras un niño ¿no?

-ya tenía la edad- bostezo ligeramente -hazme espacio- quito las manos de la mujer dejando caer su cabeza sobre el regazo de ella -intenta quitarme si te molesta- cerro los ojos cruzándose de brazos.

Mas que un caza demonios I Dante SpardaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora